Día 13

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Merida le exigía cada vez más velocidad a su caballo, completamente desesperada, lo guiaba para que esquivara a los hombres peleando y saltar los cadáveres que se encontraban en el camino. Lagrimas bajaban por sus mejillas, destrozada, con un poco de esperanza en su corazón.

Quien diría que algo tan estúpido como no estar de acuerdo con la forma de vivir del otro le estén quitando al amor de su vida. Fergus, rey de DunBroch, no estaba feliz con que los vikingos vivieran entre dragones y Estoico, jefe de Berk, le molestaba que el rey no estuviera de acuerdo, de der pequeñas discusiones cada vez que se topaban pasaron a una guerra muerte, con ya bastantes heridos a lo que había visto Merida.

Ella estaba tan enfadada y decepcionada con sus padre, con el jefe de Berk y con cualquier hombre que estuviera de acuerdo en luchar con gente que no conocía, además de que hace un momento también lo estaba con Hiccup, por qué, por Thor, el encabezaría esta locura por orden de su padre y ella no podía creer que realmente lo estaba haciendo, ella estuvo en contra todo el tiempo y el resultado fue que la encerraran en su habitación pero al menos no era parte de una guerra, esperaba a que Hiccup hiciera lo mismo, pero no, él estaba quien sabe donde luchando con su padre y era lo que ella estaba buscando, esperando detenerlos antes de que alguna tragedia sucediera.

Pero para buena suerte, o mala, Merida no había escuchado toda la historia ese día, Astrid llego a la pequeña ventana de su habitación a ser la mensajera de Hiccup. Le comunicó que Hiccup solo acepto todo eso porque era la única manera de mantenerla a salvo, que su padre había prometido que ni el ni ninguno de los vikingos le harían daño a la princesa, lo último del mensaje fue "si algo me pasa dile que la amo, por siempre" y ahí es cuando Merida tenía que hacer algo. No perdonaba de todo a Hiccup pues no debía sobreponer su amor por la vida de muchas inocentes, además de que él no contaba con que se quedaría en casa, pero aun así le ayudaría, por qué era lo correcto y por qué lo amaba a él y a su padre.

Con la ayuda de Astrid logro salir de su jaula y ahora estaba más cerca de lo que pensaba, pudo ver a Chimuelo entre los cielos nublados de ese día, ella de verdad estaba atemorizada, ambos la tenían de perder, Hiccup tenía a su dragón y eso Fergus lo sabía, así que él estaba preparado con un arma lo suficientemente poderosa para derribar un castillo y lo más rápida posible para alcanzar a un jinete de dragones que estuviera volando por los cielos.

Justo cuando Merida sentía algo de alivio al verlos a los dos vivos fue cuando sucedió la tragedia, su padre había atinado e Hiccup y Chimuelo estaban cayendo. Merida soltó un fuerte "NO" y no dejo que su caballo de detuviera, una vez cerca del lugar Merida bajo de Angus y fue corriendo a ver lo que probablemente le rompería el corazón.

—¡Hiccup!

Él estaba en el suelo, con sangre bajo su cuerpo.

Los subordinados de Fergus trataban de domar a Chimuelo, con cadenas atrapando cada parte de su cuerpo, desesperado por ir con Hiccup. Merida corrió hacía él, importándole poco las ordenes de su padre.

—Hiccup ¡Hiccup! Por favor despierta, por favor.

Él apenas podía abrir sus ojos, apenas pudiendo observar a su amada, agradeció mucho por ello. Merida empezó a llorar ante la sonrisa débil de Hiccup, él no saldría vivo.

—¡Eres un idiota, Dios!

—Lo siento, te amo- Hiccup subió con todas sus fuerzas su mano para poder acariciar la mejilla de Merida.

—Yo también lo hago, por eso estoy aquí, por favor no me dejes sola- la voz de Merida estaba quebrada y cada vez hablaba más bajo.

Hiccup sonrío, otra vez, y con un ronco susurro dijo "bésame", Merida no se negó. Eso fue lo último que pudieron compartir antes de que Hiccup cerrara los ojos, para siempre.

—Era lo mejor para todos, Merida.

Escucho la voz de su padre a sus espaldas y ella no pudo parar de llorar.

Mericcup Month 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora