Día 22

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"La gente habla de nosotros"


Esas eran siempre las primeras palabras de Merida cuando Hiccup decidía ir a verla, a pasar una bonita tarde y él no sabía como tomarlo ¿estaba bien? ¿Estaba mal?

—Todos creen que somos novios.

Continuaba ella diciendo, en secreto, y no, en serio no sabía como interpretarlo y eso era muy jodido, más cuando tiene sentimientos hacia ella ¿debía empezar afrontar que Merida nunca aceptaría llegar a algo más que amistad? ¿Todos los días ensayando en su mente de como se le declararía algún día sería en vano? Hiccup no esta seguro y no quiere preguntar porque es muy cobarde para obtener una respuesta y muy sensible para soportar el afirmar sus sospechas, si es que llegaran a ser ciertas, así que decide quedarse con la duda y pasar un buen rato con Merida.

Ellos están jugando en una pequeña corriente de agua por qué Chimuelo a decidido ir hacía ese lugar, ambos se lanzan agua mientras se ríen e Hiccup cree que Merida luce hermosa con el pelo mojado, después de eso empiezan una "pelea" de quien tiene abajo de quien y gracias a los zapatos resbalosos de Merida, Hiccup es el vencedor.

—¡Ja!- celebra.

—¡No es justo!- Merida intenta zafarse —¡hagámoslo en el pasto!

—Wow, wow, primero invítame un café.

Merida se sonrojo.

—¡Hablo de las vencidas, idiota!

Y como pudo logró zafarse de su amigo, no podía tener expuesto el tono de su cara ante él.

—Oh, ven aquí.

Merida se olvido de su vergüenza de hace cinco segundos en cuanto vio que Hiccup la empezó a perseguir, las risas habían vuelto. Ambos ya estaban en el pasto mientras Chimuelo intentaba agarrar a algún pescado que pasara debajo de él, ignorando a la infantil pareja que parecía que estaban jugando a "las traes". El sol ya se estaba ocultando y el lugar en el que ellos corrían se estaba pintando de un bonito anaranjado, Merida estaba burlando a Hiccup por qué el no podía atraparla con sus botas pesadas y mojadas y Merida ya se había quitado sus zapatos para tener más habilidad, y como los zapatos de Hiccup llevarían más tiempo para quitarse decidió quedarse así y dejárselo a su para atrapar a su amiga y ganarle por segunda vez. Merida giró para otro lado en un movimiento inesperado haciendo que Hiccup resbalara pero el no se rindió a pesar de escuchar su risa, de hecho, eso para él era más como una motivación, motivación a seguir jugando para que la risa de Merida no parara.

Hiccup logro atrapar a Merida entre sus brazos gracias a que ella empezaba a cansarse, le rodeaba teniendo también cautivos sus brazos, el pecho de él y la espalda de ella chocaban, esta vez Merida no ponía fuerza para zafarse.

—¿Te das por vencida?

—Estoy cansada, no es justo- dijo entre exhalaciones pequeñas, intentando recuperar el aire.

—Por Thor, para ti nada es justo. Admite que te gane limpiamente.

—No.

Y ambos volvieron a reír.

Después hubo un silencio para nada incomodo, ambos se quedaron en la misma posición intentando recuperar el aire. Hiccup noto que Merida tenía todo su cabello a un lado y que se podía ver si cuello, mojado todavía, y la luz del sol que se ocultaba le hacía brillar, Hiccup realmente podía caer hasta por el la piel brillante de Merida.

Él se dio cuenta que Merida aún no decía nada, ella seguía recuperando el aire que le faltaba así que se dio otro tiempo para apreciarla un rato más, pero no duro mucho, después de eso Hiccup se estaba dejando llevar, él se recargo sobre ella, dejando su nariz sobre su hombre y sus labios en su piel, inhalando el olor casi nulo que cargaba Merida en ese momento, y Merida lo sintió y se tensó.

—¿Hiccup?

No contesto.

—Hiccup.

Volvió a llamar pero esta vez girando hacia él, esperando respuesta. Hiccup se alejo lentamente de su piel para mirarla a los ojos, ella lucia realmente hermosa confundida pensaba y nuevamente dejo a sus instintos fluir y la beso en los labios, Merida hizo más grandes sus ojos sin poder asimilar lo que estaba pasando y más al ver que Hiccup no tenía pensado en separarse en un rato.

Después de un sencillo beso de piquito Hiccup le sonrió y ella seguía confundida.

••

—Mira no más quien regreso de su cita- hablo el padre de Merida con burla.

La reina le reprocho al esposo pero no hizo caso.

Merida había llegado en silencio a sentarse con su familia, lista para cenar.

—Dime ¿te divertiste con tu novio- se volvió a burlar.

Ella se quedo callada por unos segundos, mirando a su papá, le regalo un pequeñísima sonrisa para después poner su vista sobre el plato vacío.

A Fergus se le borró la sonrisa, por primera vez su hija no había negado nada.

Mericcup Month 2020Where stories live. Discover now