Capítulo 14. Loca y Lunática

739 61 11
                                    

Cedric y yo pasamos el día en el Callejón Diagon comprando lo que necesitaríamos para el año escolar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cedric y yo pasamos el día en el Callejón Diagon comprando lo que necesitaríamos para el año escolar. Luego de eso fuimos por un helado y finalmente a la tienda de artículos de quidditch. Debo admitir que me daban muchas ganas de meterme al equipo, pero sabía perfectamente que Oden Greengrass no me dejaría entrar ni de chiste. Luego de nuestra salida a Hogsmeade hace algunos meses, dejó de hablarme, creí que podríamos arreglar el malentendido pero nunca tuve la oportunidad de hacerlo y, a decir verdad, no había pensado en él hasta hace unos días que Cedric sugirió que entrara al equipo. Ahora que lo hacía, me sentía un poco arrepentida de no haberlo buscado antes.

—¿Cómo piensas pagar la escoba de tu hermano? —Me preguntó Cedric al ver el precio de la Saeta de Fuego que tenía pensado comprar.

—Te recuerdo que estás parado junto a la ganadora parcial del Torneo de los Tres Magos —le dije alardeando a manera de broma y le mostré mi bolsita con mil galeones, bueno, un poco menos.

—Oh, claro, olvidaba que estaba con una celebridad —contestó burlón, le enseñé la lengua y reí antes de ir a pagar la escoba.

Al darme la vuelta casi choco con otra persona, ya se podrán imaginar con quién fue...

—Lo siento —dije instintivamente y me encogí de hombros.

Oden me observó con sus ojos celestes. Desde que lo conocí me imaginé que eran como dos glaciares o algo así, su mirada siempre ha sido fría y calculadora. Pero en este momento lo sentí aún más. No dijo absolutamente nada, solamente nos observó unos segundos y se fue. Mi corazón latía fuertemente, pero no, no es que esté enamorada secretamente de él o me guste, para nada, es algo que me sucede cuando veo a alguien que me importaba y con quien ahora estoy en malos términos. Solía sucederme con mis amigas en Beauxbatons cuando peleábamos.

—¿Ves? —Le susurré a Cedric cuando estábamos en la caja pagando—. Aún siento su odio.

Salimos de ahí y caminamos hacia la tienda de mascotas, también tenía que comprarle algo a Julie. Pensé que una lechuza estaría bien, pero entonces vi un gato negro con grandes ojos ámbar que estaba apartado del resto de los animales, era demasiado tierno, pero la gente parecía pasarlo por alto. Pregunté por el precio y me dijeron que si quería podía llevármelo gratis, que nadie lo quería porque traía mala suerte.

—Creí que los gatos negros eran apreciados en esta comunidad —comenté, a lo que la dueña me respondió que era cierto, pero ese gato en particular traía mala suerte. Lo habían regresado ya tres personas diferentes en menos de dos semanas.

—No nos haremos responsables de los daños que pueda causar —me dijo, le sonreí y tomé al gato entre mis brazos.

—No se preocupe, gracias —dije y salí de la tienda junto con Cedric.

—¿Realmente se lo darás a Julie? —Me preguntó, asentí.

—Ella adora a los animales y no discrimina, creo que le parecerá interesante que digan que trae mala suerte.

Señorita Beauxbatons y el Príncipe del corazón roto (Cedric Diggory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora