Final Alternativo - "Todo Estará Bien"

Capítulo V - Volkov

-La puta comida del hospital.

-Es su parte favorita ¿eh, super?

-No, no. Lo que más me gusta es que me traten como un puto bebé. -Horacio se queda mirando al piso y se le borra del rostro la pequeña sonrisa mientras le vienen montón de pensamientos a la cabeza-. Hoy estás más distraído de lo normal.

-No lo sé... pasar tanto tiempo aquí en el hospital...

-Yo lo paso de puta madre -dice y Horacio se da cuenta que quizá no fue el comentario más empático que pudo hacer-. Anda y tómate un descanso.

-No es eso -intenta explicar-. No es por estar aquí con usted. El ambiente... las tragedias...

Conway lo observa analizando su lenguaje corporal, casi queriendo leer sus pensamientos.

-¿Cuándo fue la última vez que entraste a ver a Volkov? He visto entrar con él a todas las personas que vienen, exepto a ti.

-Yo sé que hay muchos detalles que usted no conoce, entonces quizás no sea conveniente que...

-Sabes que... -interrumpe Conway- tú eras una persona importante para él.

-Sí. Pero como cualquiera del CNI, supongo.

-Yo sé que él también es importante para ti.

-Mire super, no es un secreto que a mí me gusta Volkov.

-Eso no me explica por qué nunca has entrado a verlo.

-No podría entenderlo -responde cabizbajo sin dejar de darle vueltas a ese tema y Conway nota que no serviría de nada insistir por la respuesta. Y se siente un pequeño silencio que Conway no tarda en romper.

-Él tuvo un pasado duro, Horacio. Como yo perdió a muchos. Desde hace mucho tiempo él se reservó sus sentimientos amorosos. Y conforme te iba conociendo comenzaba a ser también un poco más expresivo. Un día llegó a mis oídos que varias personas os vieron abrazarse más de una vez, y debo decir que me sorprendí. Quizás no debería decirte esto, pero a partir de eso comencé a prestar más atención en su comportamiento. Y aún así no se necesitaba ser un jodido genio para saber que tú le preocupabas. Antes de que entrarais en el CNI, Volkov se había alejado un poco del CNP, y mía es la teoría de que no lo hacía por otra razón que no fuera empezar a olvidar lazos sentimentales y auto-convencerse de que no existían.

-¿Dice que yo le gustaba?

-A ver, sería injusto afirmarlo, porque él no puede expresarlo por sí mismo si ese fuera el caso, pero él te quería, Horacio.

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Después de dos días de descanso obligatorio que Evans y Conway le ordenaron tomar, Horacio sale de casa y aunque se negaba, cree que le sentó bien. Durmió todo lo que no pudo estas semanas. Estaba agotado emocional y físicamente, siempre en el hospital o en el cnp trabajando para despejar su cabeza, sin parar, relevando a cualquiera que lo necesitara, mandando a todos a descansar excepto a él mismo.

Sube a su auto y marca en el GPS el hospital del norte, hoy darían de alta al Superintendente.

Llega, baja de su auto, entra por la puerta del hospital y se dirige a la EMS que está cerca.

-Disculpe, ¿puedo pasar a ver al Superintendente Conway?

-Señor, si no me equivoco al Superintendente le dieron de alta el día de hoy, pero creo que aún lo puede encontrar en la sala de ese lado -dice señalando una sala al fondo.

-Muchas gracias.

Entra a la sala y ve a Conway en sudadera gris sentado en uno de los bancos y a Evans de pie cerca suya recargada en la pared a su lado y puede percibir un ambiente tenso.