Lo que nunca imaginé [LuzuPlay]

53. Estaba

Auron intentaba soñar pero no podía con esa presión de él estar descansando mientras Luzu seguía ahí afuera, su amante de verano y su novio por una corta temporada. Tal vez pudo ser algo pasajero como todos o la mayoría de amores a esa edad los cuales creen que es un amor duradero pero no; puede ser que sea solo un capricho. El moreno daba vueltas por su cama algo estresado, no podía descansar, el aroma de Luzu en las almohadas aún estaba impregnado y a decir verdad no quería, ni podía, dormir en otro lugar que fuera esa cama.

Que suerte fue la que Raúl tuvo para que el timbre de la puerta principal fuera tocado, no le apetecía lo suficiente dormir, no tenía sueño como solía tenerlo. La inquietud era grande preguntándose dónde estaba. Pedía que las estrellas y la luna lo consolaran diciéndole donde estaba Luzu. Nunca se había imaginado que esto le pasaría a él, y el sufrimiento que la ausencia que Luzu trajo. Ese vacío en su pecho no se lo deseaba a nadie. Al abrir la puerta y encontrarse con varias camionetas negras que conocía perfectamente sonrió esperando encontrarse con Luzu en una de esas, ya sano y salvo felizmente. Su mente daba brinquitos por ahí, las mariposas volvían a revolotear por su estómago con más intensidad que otras veces.

Sentía que ese día por fin sería el día que vería a Luzu, se encontrarían y lo abrazaría tan fuertemente que no lo soltaría en horas.

(...)

La idea de que Borja estuviera en una propiedad comprada por Magno hace algunos años le hacía ilusión, una pequeña cabaña, claramente solo vinieron a darle esa noticia. Se alteró mucho, quería estar ahí presente pero tampoco quería ser un estorbo. Aparte estarían buscando la cabaña ya que el paradero era algo desconocido, solo sabían que el dueño y más o menos en qué zona se encontraba.

Corrió a las escaleras buscando a Lolito para poder ir con él a buscar por la zona, seguirían a los policías y después se irían por su lado aunque eso les trajera problemas en un futuro. En el camino todo estaba tan callado, Auron, el cual tenía una relación amistosa con Lolito lo miro preocupado.

—¿Crees que Luzu esté bien?—pregunto mordiéndose las uñas estresado. La ansiedad era demostrada en sus pobres uñas algo demacradas.—No se... cuando lo vea lo voy a abrazar con todas mis fuerzas.

Tardaron poco tiempo en llegar. Las luces de las camionetas en busca de la cabaña o de Luzu, o mejor dicho; de alguna señal de vida que dijera: Luzu está bien. O que dijera lo contrario.

El aire se tornaba más frío mientras más amanecía, no lograban encontrar nada pero tenía sus razones, no querían internarse en el bosque completamente. El alba ya salía por completo y no encontraban nada, también el hambre y el sueño comenzó a caer en los muchachos con mucha intensidad. Un café en una gasolinera podía ser suficiente, sólo era cuestión de encontrarla, y claro, que el café no fuera una porquería.

(...)

Ya era medio día y no habían encontrado nada, se habían internado en el bosque hasta que encontraron en el suelo unas marcas de llanta, dudaban que fueran de las camionetas, se hubieran escuchando desde antes o les hubieran informado.

—¡Aquí hay algo, oficiales!—grito Lolito al policía más cercano el cual por un aparato les informo a los demás. Pronto ya un mínimo de seis policías los acompañaba por si las dudas. Lo que menos deseaban era tener a otros dos jóvenes desaparecidos más. Siguieron las huellas del coche, algunos forenses identificaban o daban la idea de cómo el coche lucia por sus llantas

No tardaron mucho en llegar a una zona donde estaba la camioneta con las ruedas llenas de lodo. Pero lo más impactante fue oír el disparo que le quitó el último aliento a Borja Luzuriaga, visto por Raúl Alvarez y Manuel Fernandez los cuales corrieron a ver que pasaba mientras los policías arrestaban a Magno. No podían tocar el cadáver del muchacho que una vez fue feliz hasta que los forenses hicieran lo suyo. Auron no podía creerlo, la persona que más pudo ofrecerle amor en este mundo estaba muerta.