𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟎𝟒

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He estado alrededor de diez minutos oliendo el cabello de mi esposa y de vez en cuando me atrevo a frotar mi pene erecto contra su trasero, pero me terminó deteniendo cuando noto lo tensa que se pone cuando intento ir más allá y eso me está frustr...

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He estado alrededor de diez minutos oliendo el cabello de mi esposa y de vez en cuando me atrevo a frotar mi pene erecto contra su trasero, pero me terminó deteniendo cuando noto lo tensa que se pone cuando intento ir más allá y eso me está frustrando bastante. Mi idea era terminar con esto lo antes posible, pero ella no quiere cooperar conmigo y la idea de hacerlo sin que esté a gusto se siente como si la estuviera violando, algo que no me produce nada de satisfacción.

Entiendo que debe sentirse asustada porque al final ambos hemos sido obligados, además la actitud que tuve antes claramente no ha ayudado para que ella se sienta segura o a gusto conmigo. Sin embargo, ahora estoy intentando ser lo más delicado posible para no asustarla y eso es algo que no está muy impregnado en mi sistema, ya que normalmente en el sexo en carnívoros es más una pelea de quien tendrá el control que de satisfacción mutua.

Lo más probable es que ella no lo sepa.

—Si no estás relajada pondrás mis nervios de punta. Eso no será muy bonito. —Quería y deseaba que mis palabras lograran despreocuparla un poco, pero sentí su cuerpo tensarse.

Terminé logrando el efecto contrario al que quería.

Solo quería hacerle saber que mi olfato es sensible a esa estimulación y hormona que desprende cuando está nerviosa, ya que despierta nuestro lado cazador y ella por no estar acostumbrada lo encontrará agresivo.

Está bien, respira...

Me digo a mi mismo para seguir en mis sentidos.

¿Por qué ella no pudo venir con un manual? Sería mucho más fácil comunicarme con ella y así no cagarla cada vez que abro la boca. ¡Por la Diosa! Entonces... ¿Cómo se le habla a un herbívoro? ¿Tengo que ser menos directo? ¿Más delicado? Sería un tanto extraño, ella no es un cachorro para que se le hable de aquella manera.

Me alejo completamente de ella para sentarme en la orilla de la cama, tengo varios sentimientos encontrados y ninguno de esos es excitación. No puedo negar que ella es atractiva, y que claramente me gustaría meter mi pene en su boca o en cualquier parte de su cuerpo. Sin embargo, me pone ansioso que ella no coopere y me preocupa aún más qué sucederá mañana cuando se den cuenta de que no hemos consumado... Vaya mierda ¿pero qué más puedo hacer? Ella no quiere y se me quitan las ganas de tocarla cuando tiembla de los nervios.

—Ponte el pijama, yo iré a dormir abajo. —Aunque las luces estén apagadas puedo ver y sentir que ella no me mira, es como si estuviera avergonzada.

Al final terminé dejándola sola en la habitación, ya no teníamos nada más que hacer. Ella dejó bastante claro lo que piensa o al menos lo que quiere, tampoco sé por qué esperaba que ella aceptara así de fácil tener sexo conmigo.

Aún desnudo terminé acostándome sobre el sofá, por suerte no hace frío. Mi cuerpo se empieza a relajar, pero a los minutos escucho los pasos de Edla y puedo notar como las luces se empiezan a encender. Debería cubrirme un poco, ya que mi esposa podría sorprenderse, aunque me gustaría ver qué cara pone al verme de tal manera.

HEAVEN | J.JUNGKOOKWo Geschichten leben. Entdecke jetzt