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Después de que la madre Anna lo encontrara en el patio, ella lo había llevado a la habitación donde dormía, su mano sujetaba con fuera su brazo en un intento de que caminara más rápido, pero el realmente no quería irse a dormir aunque sabía que estaba siento tonto, ¿por que alguien como el señor Severus lo querría?, tal vez ya había encontrado a otro niño a quien adoptar, uno que no fuera un fenómeno, un niño quien si mereciera el esfuerzo, un niño que si mereciera que lo quisieran, sin embargo no podía dejar de pedir por que realmente el hombre regresara, el pensamiento no hizo más que aumentar los sollozos que inútilmente trataba de retener, lo último que quería es que la madre se enojara más con el, cuando los adultos se enojan suelen pegar, se recordó.

Mientras caminaban no pudo evitar notar el dolor en su pancita y la forma en que está hacia ruidos por la falta de alimento, solo esperaba que la madre no la escuchara, esa era otra de las cosas que hacía enojar a su tia.

Cundo llegaron a la habitación  la madre Anna abrió la puerta  y lo llevó dentro, el intento dar un paso en dirección a la puerta pero ella volvió a sujetarlo para evitar que se moviera.

- Chico, ¿Qué te pasa? Acaso no entiendes lo que te he dicho, es momento de que te vayas a dormir - exclamó la mujer en voz baja pero visiblemente más molesta para evitar despertar al otro niño en la habitación que ya se encontraba durmiendo. Ante la forma en que había sido llamado, Harry no pudo reprimir un escalofrío y que un par de lágrimas más corrieran por sus mejillas, no le gustaba que lo llamaran así, su tío siempre le decía así cuando estaba por regañarlo, sin embargo, la madre no notó la reacción del menor y lo llevó hasta la cama, sentándolo en esta con un movimiento brusco que envió una onda de dolor por los brazos del niño, quien automáticamente cerró los ojos y se encogió en su lugar a la espera de un golpe, de nuevo siendo ignorado.

- Debes entender Harry que la forma en que te has comportado hoy no ha sido la adecuada y no eres un bebé para estar llorando de esa manera, nadie te ha hecho nada, así que para con semejante exageración y duérmete, ten claro que te has ganado un castigo y te aseguro que si no aprendes a comportarte como se debe nadie te va a querer adoptar o ¿Tu crees que a las personas les gustan los niños desobedientes que se la pasan llorando? Por supuesto que no - le reprendió la mujer, para desgracia de Harry, en ese momento su estómago decidió emitir un ruido especialmente fuerte, llamando la atención de la madre, el niño inmediatamente llevó sus manitas  a su estomago, intentando cubrirlo como si con eso pudiera evitar el sonido - veo que tienes hambre, ¿De seguro tampoco has ido a comer esta tarde verdad ?, lo siento pero tendrás que esperar a mañana, eso te enseñará a que las reglas existen por una razón. Pensé que eras un buen niño, Harry, pero no haces más que desobedecer, estoy muy decepcionada de ti  - Harry no pudo evitar pensar que de nuevo se había equivocado, ella tenía razón, el no era bueno, y por eso nadie lo iba a querer, al final su tío tenía razón, de repente sintió aún más ganas de ponerse a llorar pero como ella dijo el ya no era un bebé. A pesar de no haber hablado durante el tiempo que llevaba en el orfanato, Harry separó sus labios con la intención de disculparse con la madre, sin embargo esta lo interrumpió - basta Harry, en este momento no quiero escuchar ninguna excusa, mejor duérmete de una vez

¿Es que no aprendes? Ellos nunca querrán oír nada que tengas que decir por que nada de lo que digas es importante, se reprendió a si misma el niño, quien solo bajo su mirada hacia su regazo para evitar que la madre viera las lágrimas que se estaban formando es sus ojos, las cuales me negaba a dejar caer.  Cuando la mujer salió de la habitación y el se quedó solo, no se permitió  llorar, ni siquiera cuando sintió que la opresión de su pecho se volvía insoportable a tal punto que incluso le costaba respirar.

Las siguientes horas se limitó a quedarse quieto y con la mirada perdida, recordando cada palabra que la madre le había dicho, recriminándose a sí mismo cada una de sus acciones en el día, repasando una y otra vez cada cosa que el consideraba un error, pensando en lo que pudo haber hecho diferente para cambiar las cosas y finalmente dándole la razón a sus tíos y a la madre, confirmando que había algo malo en el.

HOMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora