Capítulo 25

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Que me guste Noah es lo peor que me podría pasar

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Que me guste Noah es lo peor que me podría pasar.

No es que Noah sea mala persona ni nada del estilo, si no, no me gustaría. Sin embargo, esto no va a traerme nada bueno. Empezando por Isabella. Ella siempre es tan amable conmigo... y que me guste su novio me hace una amiga horrible. Porque, aunque no lo hayan hecho público, yo los vi.

Y si eso no fuera suficiente, está el hecho de que tenemos que grabar juntos. ¿Qué voy a hacer ahora? No sé si voy a poder fingir que no me afecta en absoluto tocarle y que me toque. Mierda. ¿En qué lío me he metido?

Recoloco mis gafas de sol y observo de reojo cómo Noah va charlando con Martin. Todos vamos con unas pintas que demuestran que no hemos dormido prácticamente nada, pero, aun así, mis ojeras eran tan impresionantes que necesitaba cubrirlas como fuera. El viaje en avión hasta Albuquerque lo he hecho con May y las dos hemos ido durmiendo. Lo mismo con el autocar hasta Farmington, pienso aprovecharlo para recuperar horas de sueño también, aunque me toca con Noah y tal vez estaré tan nerviosa que solo cerraré los ojos.

Bostezo y me dejo caer en el asiento del pasillo, dejándole a Noah la ventana porque sé que le gusta más ese sitio. Recuesto la cabeza sobre el respaldo y cierro los ojos. Me he pasado la noche dando vueltas sobre el colchón pensando en qué voy a hacer para que Noah me deje de gustar. No puede ser tan difícil sacarse a alguien de la cabeza, sobre todo si lo conoces desde hace solo dos meses.

Algo me golpea las piernas suavemente y mi cerebro identifica que debe de ser Noah queriendo pasar a su asiento. Abro los ojos y pestañeo, tratando de enfocar. Esa espalda y esos brazos tan musculosos no pueden ser de Noah. Me quito las gafas de sol con rapidez para ver bien a la persona que tengo delante y una sonrisa de disculpa me da la bienvenida.

—Lo siento, no quería despertarte —habla Zack—. Noah me ha dicho que me cambiaba el sitio, que Isabella quería hablar con él.

Frunzo el ceño y me giro hacia el pasillo mientras Zack termina de colocarse en el asiento de mi lado. Noah e Isabella están un par de filas atrás en el lado contrario, así que los veo perfectamente. Noah le susurra algo a Isabella y sonríe de lado, a lo que ella reacciona con una sonrisa tímida y mordiéndose el labio a la vez que se sonroja levemente. Me vuelvo hacia el frente. Ya he visto suficiente. Por supuesto que quiere ponerse con su novia.

—Puedes apoyarte sobre mi hombro para dormir si quieres, Ariel. No me molesta.

Asiento hacia Zack y, tomándole la palabra, trato de cerrar los ojos y soñar con algo que no tuviera pequeños bucles castaños ni labios rosados.

Noto cómo sacuden mi hombro y, tras parpadear varias veces, consigo abrir los ojos. Noah está delante de mí con una sonrisa incómoda y parece aliviado de que haya despertado.

—Eh, siento molestaros, pero ya hemos llegado —carraspea y baja la mirada hacia mi cintura y después la aparta como si no debería haber visto algo. Frunzo el ceño—. Eh, Zack sigue dormido, así que... bueno, eso —Mira hacia cualquier lado menos hacia mi cara. ¿Acaso se ha dado cuenta de que me gusta? No, no puede ser, no soy tan obvia, ¿no?— Voy bajando, os esperamos fuera.

Detrás de las cámaras #PGP2020Where stories live. Discover now