Reencuentro y reinicio

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­—Ummm, ¿quién es?

—Hablas con Tweek, ¿estás ocupado?

—Estoy... —bostecé— recién levantado... ¿pasa algo, cariño?

—¡¿Ah?! E-ehm, Craig, es sobre el contrato.

—¡Mierda! Lo había olvidado. Sí, umm, ¿debo ir a la cafetería?

—Se supone, mi papá necesita darte el visto bueno. Pero... estás mal, ¿verdad?

—Sólo un poco de migraña. Pero da igual, voy a cambiarme y voy.

—Pero, si quieres le puedo decir a papá que te envíe una copia a tu correo, sólo lo imprimes, firmas, escaneas y reenvías. Así te evitas salir.

—No, Tweek. Si acepto el trabajo no puedo empezar así. Dame unos, ummm, 20 minutos, voy en camino.

—20 minutos, okay. ¿Algo más?

—No, creo. Nos vemos allá.

—Vale... Este, Craig-

Corté, sin dejar a Tweek continuar.

10:00 de la mañana, el sol en mi ventana, luz en mi rostro y olor a vomito en toda mi puta cara. Sí, amanecí con resaca, todo por la estupidez del viernes. Estaba tarde ya, en mi día libre, y todo por mi culpa, por no querer cumplir un compromiso al que me debía.

Me levanté de la cama, caminando como un zombie hacia mi baño. No quería ni siquiera verme al espejo, no quería bajarme aún más la moral. Fui por lo mínimo, para verme menos despreciable, y claro, para tener algo de higiene. Lavé mis dientes, aunque no había comido nada; y me limpié la cara con agua fría, intentado de alguna manera despertarme y quitarme el olor a vomito. Cambié toda mi ropa, eligiendo algo que no solía usar: Camiseta blanca, un saco negro, jeans grises oscuro y unos tenis negros. En otra ocasión diría que estaba listo, pero en realidad aún me faltaban unas cosas. Como tenía dolor de cabeza y molestia hacia la luz debía hacer algo al respecto. Busqué entre mi armario, encontrando una vieja gorra negra con azul que solía usar mucho antes. De paso, también busqué unos lentes oscuros, sólo para hacer del viaje algo menos tortuoso.

Ya listo, con mi vestimenta y los documentos en mi billetera, era solo cuestión de salir, y, en lo posible, tomar un taxi. Abrí la puerta de mi cuarto, salí hacia las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible para no alertar de mi salida. Iba en mitad de las escaleras, ya pensando en como sería el viaje, cuando ella, casi gritando, me terminó de arruinar la cabeza.

—¡¿A dónde putas vas, Craig?!

Era ella, mi incomoda, indeseada, molesta y entrometida hermana.

—¡Maldita sea, Tricia!, ¿quieres dejar de gritarme por una vez en tu vida? —exclamé molesto, intentado soportar la migraña.

—No. ¿A dónde vas? —preguntó en un tono burlón—, papá ayer estaba molesto porque no diste la cara en toda la noche.

—Ese no es mi problema. Y tampoco es tu problema a donde vaya, así que mejor me dejas en paz, ¡ya!

—Es mi problema, porque papá me lo encargó —respondió, mostrando autoridad y ego.

—Bien, te felicito, metiche. Ahora me largo.

—Para que estés así es porque seguro vas a ver a tu novio, ¿cómo es que se llama?, ¿Thomas, Pete, Nick?

—Su nombre es Tweek, y por ultima vez, ¡no es mi novio! —grité, de nuevo.

—Pero sí vas a verlo, entonces.

­—Sí. ¿Algún problema con eso?

—No, ninguno. Suerte con él.

—Entrometida de mierda —dije en voz baja.

—Ah, hermano tonto. ¿Llevas protección?

—Espero que tú la uses con tu novio. Ah espera, papá sabe de eso, ¿verdad?

—Yo ni siquiera tengo novio —respondió nerviosa, dudando un poco.

—Que curioso, el otro día me dijiste lo contrario, que él te compraba ropa y eso.

—... Lárgate, después lo hablaremos.

—Es un placer hacer un trato contigo, Tricia.

Me di la vuelta, con una sonrisa forzada y un apretón de dientes, ¿en serio tendría que ser así siempre?, no quedaba más que esperar al momento en que me independice. Salí, casi corriendo, perdí bastante mientras hablaba con Tricia. Sabía que no era tiempo de pensar tanto en eso, solo empeoraría mi migraña. Capítulo cerrado, hasta entonces.

Ya en la acera, esperé al primer taxi que pasó, el cual tomó un camino rápido para llegar al destino lo más pronto posible. Cuando me di cuenta ya estaba allí, frente a la cafetería, el lugar que por tantos meses había decidido evitar, estaba allí frente a mis ojos. Pero no era sólo el local, no era sólo ese negocio, era quien estaba ahí. Pagué el taxi, y me bajé de inmediato.

La ráfaga de sentimientos fue algo inmenso, fuera de mi compresión o de mi imaginación, nunca sentí algo así en mi vida, sólo una vez, en una situación similar. Al poner un pie sobre la acera sentí un impulso recorres por todo mi cuerpo, mil recuerdos volar por mi mente, una explosión de sentires en mi pecho, y como no, la aceleración de mi corazón. Estaba recordando aquella ocasión, esa en la que me sentí impactado de la misma manera. Los nervios inundaban mi cuerpo, el temblor en mis manos y el sudor frio lo evidenciaban aún más. Pero esto no era todo, no era ni siquiera una minúscula parte de lo que faltaba, era una parte insignificante de lo que realmente era sentir.

Frente a mí vi una figura acercarse, un chico bajo, delgado, con el cabello desordenado. Caminaba lento, acomodándose bastante el cabello, tomándose el cuello y sonriendo con nerviosismo.

Nuevamente, como en los momentos de mayor tensión, el tiempo se hizo eterno, los segundos eran horas, y los minutos décadas. Estaba preso en ese momento, inundado y asfixiado por innumerables sensaciones que invadían tanto mi cuerpo como mi cabeza. La agresividad de mis sentimientos se apoderó de mi mente, no podía pensar, sólo actuar; no pensaba, sólo hacía. Mi corazón recibió un impacto, y es que, a pesar de todo lo que había pasado, jamás me sentí de una manera similar, sólo el primer día, en la primera cita; la primera vez que vi en persona ese sagrado y precioso rostro que fue inspiración de pasión y amor.

—¡Craig!

Esos sentimientos...

—Tweek, me alegro de verte, amigo.

Por alguna razón...

—Ven, pasa. Mi papá nos espera adentro.

No era como cuando tenía dudas...

—Claro, vamos.

Algo hizo que esta vez fuera distinta. ¿Pero...

—¿Así que tú eres Craig? Mucho gusto, me presento: soy Richard Tweak.

... eso significaba que...

—Craig Tucker —dije, estrechando su mano.

...aún hay algo?

Él es Tweek Tweak, y es mi novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora