Capítulo 1

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Pasaba un día tormentoso, la Guardia del León no podía actuar ante los problemas que esta estaba dejando, hubo muchos deslizamientos de tierra, derrumbes de piedras, aves lesionadas por que cayeron de sus nidos por los fuertes vientos y no solo aves, había muchos animales que estaban quedando atrapados entre árboles y bajo tierra.

-Hevy kabisa. –decía caminando de lado a lado y a ratos observando la tormentosa lluvia que caía. –Espero que esto termine pronto para poder ayudar, si no perderemos a muchos animales.

-Lo sé Kion, pero no podemos salir ahora, trata de relajarte y todo estará bien. –le replico su mamá.

El viento soplaba muy fuerte llegando a silbar.

-Voy salir, llevare a los más vulnerables a la Guarida. –mencionó Kion saliendo de la cueva aferrándose con sus garras al suelo.

Mientras caminaba Kion contra el viento y su pelaje se humedecía, fue por sus amigos primeramente para decirles que fueran a la Guarida y que hay estarían seguros. Fuli fue quien más se negó por su rechazo al agua con su pelaje, pero por la inestabilidad de la pequeña cueva en la que se encontraba fue obligada a salir de ahí.

Cuando los cinco llegaron a duras penas a la guarida, gracias a Beshte, quien evito que Ono y Bunga se fueran volando por los aires.

-Yo iré por más animales en peligro, quédense acá. –ordeno Kion seriamente.

-Pero Kion, puedo ayudar si quieres. –dijo entusiasta.

-Ya hable Bunga, quédense acá. –enfureció. –Vigilen a Bunga que no salga de acá.

Kion volvió a salir a la intemperie volviendo a soportar la fría lluvia y los garrafones de viento.

Primero fue con las aves, ya que sus nidos eran los más vulnerables a este tipo de situaciones. Lo más complicado era que algunos nidos tenían huevos que debían mantenerse calientes para que pudiera nacer más polluelos y seguir con el ciclo de la vida.

Luego de terminar con las aves, fueron con los gálagos por su pequeña forma y liviano peso. Para Kion no les fue un problema llevarlos a la guarida, solo tuvieron que sujetarse fuertemente a la melena que Kion tenia.

Luego lo más difícil fueron los babuinos que viven en los árboles, ya que su mejor opción era ir con los que vivían en las montañas que estaban más seguros. Lo babuinos fueron bastante desobedientes y bastante traviesos, ya que no cooperaban ante los peligros.

Cuando Kion logro llevar sano y salvo a los babuinos entre las tempestades de viento, Kion se empezó a dirigir a la Roca del Rey para volver con su familia.

-Entra rápido Kion­. –dijo preocupada y asustada Kiara.

Pero antes que Kion lograse entrar, hubo una gran ráfaga de viento, Kion por sus desesperación trato de correr dentro de la Roca pero el viento se lo llevo volando.

La primera vez no lo llevo muy lejos y choco con un árbol y espero a que el viento disminuyera para poder volver lo más rápido a la Roca.

-Podría ir mejor a la Guarida, es más fácil de entrar y no tengo que escalar nada. –decía mientras se sujetaba fuertemente del árbol que evitaba que saliera volando.

Cuando el viento disminuyó trato de correr lo más rápido a la Roca del rey bajo la lluvia y olvidando su idea de ir a la Guarida.

-Estoy bien. –dijo jadeando entrando a la Roca.

-Hijo, nos tenías preocupados. –exclamo Simba aliviado al ver a su hijo a salvo.

-Pensé que no volvería a verte. –hablo asustada Kiara. -Estás loco Kion. ­–burlo tratando de relajarse.

PerdidoWhere stories live. Discover now