Capítulo 7

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La noche fue intranquila y poco placentera, cada vez que Kion trataba de moverse o hacía un movimiento le generaba un dolor insoportable que le hace quejarse llegando a despertar en más de una ocasión a los demás. Para el amanecer, todos estaban cansados por las interminables interrupciones de Kion, pero el más agotado era el mismo Kion.

-Chicos... lamento mucho... -trataba de disculparse pero fue interrumpido.

-Kion, mientras más pronto llegues a las praderas será mejor. –se escuchó mal humorada por la falta de sueño.

-Alissha tiene razón. –complementó Badili. –Mientras llegues antes podrás mejorarte pronto.

-Está bien. –dijo cansado y adolorido. –Gracias Badili y Alissha. –sonrió.

-¿Saben cómo llegar?

-Sí, logré memorizar el camino a las praderas. –mencionó Ono, quien estaba posado en las espalda e Beshe por el cansancio.

Fue una despedido rápida para no perder más tiempo para que Kion pueda tener una buena recuperación.

La caminata era lenta, el movimiento generaba molestias en Kion teniendo que parar cada poco tiempo. Beshte, ya frustrado y enojado por su amigo, lo subió sin cuidado alguno a su lomo creándole mucho dolor en Kion.

-Perdón, pero te dijimos que anoche debíamos seguir y no hiciste caso.

Todos callaron a la inesperada reacción de su gran amigo y continuaron caminando a un paso más acelerado. Beshte guardaba la compostura y nunca se enojaba, pero esta vez estaba totalmente enojado y lo demostraba. El camino fue en silencio y solo se podía apreciar uno que otro bostezo por el cansancio.

Al llegar a la frontera de las praderas respecto a las tierras remotas, estaban los reyes esperando en la frontera.

-Kiara. –mencionó Ono. –Los reyes...

-También los veo Ono. –le contestó de forma fría antes que terminara la frase.

Los seis se siguieron acercando a las praderas hasta llegar donde los reyes.

-Guardia del León, Kiara. –se escuchó fríamente a Simba. –Gracias por traer a Kion de vuelta.

-Debemos ir donde Rafiki. –interrumpió Kiara ignorando a sus padres.

-Lo lamento majestades, pero Kiara tiene razón... Kion necesita ayuda inmediatamente. -mencionó Bunga.

-Chicos, ustedes vayan a la Guarida con Kion, yo iré por Rafiki. –dijo Fuli ante de tomar impulso y salir corriendo.

Mientras caminaban de forma apresurada a la Guarida, Simba y Nala se acercaron a su hijo lastimado.

-¿Cómo te sientes Kion? –pregunto la reina.

-¿En serio mamá? Después que demostraste que Kion no te importaba cuando desapareció, ahora bienes a preocuparte nuevamente. –interrumpió Kiara antes que Kion diera una respuesta.

-Kiara... hay algo que no te han dicho. –habló Kion con un poco de dolor.

-¿A qué te refieres? –dijo nerviosa.

-La razón que ellos no se preocupan por mí, es porque soy adoptado.

Kiara se negaba a creer lo que había dicho Kion. Su respiración cada vez era más rápida, el frío se apodero de su cuerpo y solo se limitaba a ver a la reacción de los demás que estaban caminando a la par.

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