Es parte de ser humano Bismarck

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Y así transcurrieron varios días con la misma rutina y la misma actitud evasiva de Bismarck. Fue entoces que Hans decidió confrontarla cuando se encontraban en la oficina. Él estaba en el escritorio firmando un documento y Bismarck estaba sentada en el sofá de cuero del centro.

- Bismarck, hay algo de lo que quiero hablar contigo -empezó Hans al tiempo que se levantaba de su asiento y caminaba hacia el sofá.

- Es sobre los gears que llegarán la próxima semana? -preguntó Bismarck mientras Hans se sentaba a su lado.

- No, es algo que tiene que ver solo contigo. Pensé que lo mejor era darte tu espacio, pero ya pasado dos semanas y nada ha cambiado. Desde que llegué a la base te he notado huraña, comes en silencio y rara vez diriges la palabra a alguien fuera de esta oficina.

- Así soy yo normalmente -respondió Bismarck en un tono que denotaba que no quería seguir con el tema, pero Hans no pensaba rendirse fácilmente.

- Eso pensé al principio -se apresuró a decir Hans- Pero luego de conversar con varias chicas de la base, sé que no es verdad -cambió su tono a uno más apacible- Qué sucede Bismarck?

- Nada Comandante -respondió Bismarck tajantemente al tiempo que dejaba de ver a Hans- Solo estoy algo cansada.

- Es por tener que trabajar como secretaria? -preguntó Hans mientras buscaba que ella lo mirase- Te preocupa algo? -hizo una pausa- O es por Rheinünbung?

Bismarck lo volteó a mirar seriamente.

- Le agradecería que dejase el tema, Comandante -respondió ella en un tono frío.

- Quiero ayudarte Bismarck. No solo yo, sino todas están preocupadas por ti -Hans se puso de pie- Pero no puedo hacerlo si no me dices cuál es el motivo -empezó a caminar hacia su escritorio.

Estaba llegando cuando escuchó que ella murmuró algo. Hans se giró.

- Fue por la misión -respondió finalmente- Es porque les fallé, les fallé a todas.

Hans regresó a donde ella y tomó asiento.

- Leí el reporte, ellas eran muchas y tú estabas sola. No creo que alguien hubiese salido victorioso de una situación como esa -dijo Hans con el afán de animarla.

- No es solo eso -ella sacudió la cabeza- No está en el reporte, pero ese día yo usé unas armas que me dieron las Sirenas, nuestras enemigas, y yo acepté su ayuda- Bismarck puso sus manos sobre su rostro- Cómo puedo verlas a la cara luego de eso?

Jamás la había visto así. El motivo de su cambio de actitud no era simplemente por haber perdido, por simple orgullo. Ella se sentía mal por haber traicionado sus ideales y a sus amigas. Hans suspiró.

- Fue en los Alpes Suizos -comenzó- Nos informaron que vieron a unos hombres por las montañas, así que fuimos a investigar -Bismarck lo miraba expectante, Hans continuó- Al llegar descubrimos que eran mercenarios, tenían presos a unos cuantos soldados aliados. Sin embargo eran muchos y nosotros solo fuimos cinco ya que no esperábamos encontrarnos con eso -Bismarck notó como su expresión se tornaba cada vez más seria, algo que pocas veces le había visto hacer a Hans- Yo era el líder de ese escuadrón, por lo que les ordené retirarse. Los abandoné a su suerte- dijo Hans finalmente.

- Esa historia no me la contastes en la fiesta -dijo Bismarck sorprendida.

- No, no es algo que me guste recordar -hizo una pausa- Ese día no solo dejé a esos soldados, sino también mis principios. "No dejar a nadie atrás" solía decir. Luego de eso, no me sentí capaz de dirigir a nadie. Un antiguo maestro me dijo que con lo que había conseguido hasta entonces podía postular a un puesto de comandante. Así que vine aquí, para darme otra oportunidad.

Ambos se quedaron en silencio. Bismarck intentó decirle algo a Hans, pero este volvió a hablar de repente. Hans volteó a verla.

- Todos cometemos errores, podemos fracasar. Considero que lo que realmente importa es lo que haces después de ello -Hans colocó su mano en la pierna de Bismarck de forma gentil- Un amigo mío fue parte de la tripulación que te llevó a ti y a U-556 de vuelta a la base, me dijo que encontraron el armamento de Sirenas en el fondo del mar, lejos del lugar donde caíste.

- No quería morir de esa manera -respondió Bismarck en un tono sombrío- Mi cuerpo no podía permitirlo simplemente.

- Eso es lo que importa al final -Hans retiró su mano- Sé que todas piensan igual, porque cuando hablé con ellas lo único que me dijeron de ti es que representas a la perfección a Iron Blood. Podremos no tener los mejores métodos, pero estamos dispuestos a cumplir nuestro objetivo solo a nuestra manera.

Hans se levantó del sofá.

- Antes creía que eras el barco más grandioso de los siete mares -sus miradas se encontraron- Pero luego de esto estoy convencido de que es así -terminó Hans con una sonrisa y regresó a su escritorio.

Bismarck se quedó pensando sin decir nada.

Por Dios! pensé que me diría algo cuando toqué su pierna y "el barco más grande de los siete mares", creo que pasé.

- Comandante -lo llamó Bismarck sacándolo de sus pensamientos- Ya se ha hecho de noche. Quiere acompañarme a algún restaurante cerca de aquí?

Hans se quedó atónito por la inesperada propuesta. Al cabo de unos segundos respondió, más relajado.

- Por supuesto -Hans se levantó de su asiento y tomó su chaqueta, para luego caminar hasta donde Bismarck se encontraba- Y dime Hans, por favor. Se me hace raro que me llames Comandante.

- Entonces qué se te antoja comer, Hans? -preguntó Bismarck con una ligera sonrisa.

Y juntos salieron de la oficina.

Bismarck x Comandante (Shikikan Series)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora