10.

63 12 1
                                    

Capituló 10.

Till
Al salir del aeropuerto pensábamos en quien se quedaba con quien, Zonja, todos la querían tener a su lado, pero no, este es un juego que no ganarán, no mientras yo esté aquí. Christoph se acercó a ella "susurrándole" que con él podía estar ya que tiene una gran casa y que ella no sería para nada ninguna molestia, yo igual tengo un gran departamento y créeme, todas las chicas de Alemania dan en mi cama.

-bueno, claro que...— Zonja me voltea a ver indecisa.
- No, Zonja irá conmigo, fin de la conversación, Christoph.

Dije firme a lo que él gruñó y se acomodó en su lugar, vi a la Zonja y me sonrió. Tragué saliva, y traté de no estar algo nervioso, aunque yo no era así... No tengo remordimiento de nada, de nada en mi vida y menos por sexo... lo-lo del hotel en México eso no significó nada, no, claro que no le fallé a Zonja... además, no somos nada serio.
E-ella puede irse cuando quiera o-o incluso hacer lo mismo, si, lo que sea..

-Señor Lindemman, es su parada.

El chofer me sacó de mi transe, agradecí, Zonja y yo nos despedimos de los chicos, aún así nos veríamos en una hora, ya que iríamos a algunos lugares para que Zonja conozca un poco. Pero antes debíamos de bañarnos y relajarnos un poco, el vuelo fue algo cansado.

Al entrar empecé a darle un Tour por mi casa a Zonja, ella estaba fascinada, yo sólo reía por su emoción y lo sorprendida que estaba, al llegar a mi habitación ella abrió la puerta ya que yo tenía las maletas en las manos, un gran hombre siempre tiene que ser caballeroso.

Me dio paso a lo que agradecí y acomodé las maletas, yo le platicaba sobre los impuestos y lo diferente que es aquí, al volverme pude ver que ella aún seguía parada en el marco de la entrada.

-¿Qué haces ahí?, pasa.
-oh, no yo no... es tu habitación.
-y por eso la comparto contigo— caminé hacia ella y la tomé del mentón.
-gracias en verdad, Till... yo no quisiera molestarte o algo por el estilo...
-tú no lo harías, jamás.

Me incliné para besarla, un tierno y suave beso, sonreímos en este y nos separamos.

-¿nos bañamos?— pregunté.
-claro— sonrió.

____________________
Richard
-se ve que Till va con todo, eh?— ríe divertido, Paul siempre con sus chistecitos desagradables.
-¿a qué te refieres?— le pregunté algo molesto.
-¿no ves a Zonja y a Till? Algo se traen, él siempre está junto a ella y no la deja para nada.
Vamos, no confía en nosotros— ríe.
-él no confía en nosotros cuando se trata de una mujer, Paul, pero eso se acabará— reí viendo mis mejores prendas que tenía en el armario— hoy será, creo que soy el indicado para... ya sabes, enamorar a Zonja, por favor, está más que claro que quiere estar conmigo. ¿quién no?
-claro...— ríe— si quisiera estar contigo, ya estaría contigo y no la veo aquí, sólo estamos tú y yo...
-Amigo— reí descaradamente— tonterías, ella es complicada, pero tengo experiencia en esas chicas.

____________________________
Christoph
-¡Amor, llegaste!— dice con una gran sonrisa y abrazandome, quisiera a veces tener una buena sonrisa para ella, pero sólo queda fingir— No dijiste que vendrías ya.
-Sorpresa, cariño— sonrió y me dio un beso al cual tuve que responder— Hm, ¿y los niños?
-Oh, están en sus habitaciones, los llamaré para...
-si, diles que estoy aquí, mientras iré a bañarme, tengo que salir, es importante.
-¿trabajo?, pero acabas de regresar...
-sabes como es esto, y el mánager me dijo que no puedo faltar, es algo serio, creo...

Así es, actúe y me hice al preocupado para que Ulrike me dejara ir y también ir a bañarme, maldita sea, ¿todos los hombres casados pasan por esto?
A veces deseo no escuchar su voz por... unos segundos... Sólo unos...
Estaba algo preocupado por como ir, ¿muy muy arreglado o poco arreglado? ¿cómo irían los demas?, mejor agarro algo que sorprenda a Zonja y me haga ver apuesto.
No tardé tanto en bañarme, salí del baño solamente con la toalla en la cintura, los niños vinieron a mi y los cargué, les di besos y ellos a mi, ellos si son mi luz y mi felicidad, sólo por ellos aguanto un poco más, pero ya no puedo estar así ni un segundo más, tal vez entre muy poco todo cambiará por aquí.
Al bajarlos les dije que iba a salir por trabajo pero que no tardaría, fui a mi habitación y me acerqué al closet, escogería unos pantalones negros, una camisa azul marino con una corbata negra, una gabardina y unas botas negras.

Pálido Infierno. | COMPLETA. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora