Fragmento 5

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Izuku era torturado sin control por shigaraki quien no parecía dudar en sus acciones.

Toga, desde el otro lado de las habitaciones, oía los gritos del peliverde.

La chica miraba el techo meintras cubría sus orejas tratando de apasiguar los sonidos de dolor de izuku.

Mantenía una expresión monótona, pero poco a poco lágrimas caían de sus ojos sin cambiar su expresión facial.

La chica comenzó a golpearse la frente a la pared tratando de caer en la inconciencia para dejar de escuchar al peliverde gritar.

Pero no lo lograba, en cambio solo se dañaba la frente en su intento frustrado de dormirse a si misma.

¿Por qué le afecta tanto?

Simple, las últimas palabras del peliverde la están apuñalando por la espalda.

Te quiero.

Eso le ha dañado demasiado, la tiene confundida como molesta de no poder encontrar la forma de quitársela de la cabeza.

Te quiero.

El solo pensar ver al peliverde llorar sin control y ser atravesado por cuchillos le partía el corazón.

Te quiero.

Miró sus uñas el cómo eran bañadas por un tono carmesí, su sangre.

Sintió el ardor en sus orejas.

Se había herido a si misma y ahora sangraba.

Se maldijo y fue directo a un botiquín que tenía cerca.

Se vendo, y allí entendió algo.

No oía a izuku gritar.

Salió de la habitación dirigiéndose a dónde debería estar el peliverde.

Al llegar, abrió lentamente la puerta sin provocar ningún ruido.

Se detuvo al oler la sangre en el lugar y mirar al peliverde sujetado a una silla.

Toga miró el aparato en la muñeca del peliverde, si mal no sabía, era lo que evitaba el uso de su quirk.

-por que...¿Estás aquí?- le preguntó Izuku con respiraciones agitadas.

-..-

Toga mantenía silencio y el peliverde levantó la mirada tratando de encontrarla.

-toga...se que eres tu-

El lugar era iluminado solamente por una bombilla sobre el peliverde y toga se mantenía en la oscuridad.

-puedo sentirte-le dijo el peliverde mientras que ella miraba el cómo su collar se levantaba.

Cómo si algo invisible le jalara.

-ese collar...yo te lo di...- dijo izuku y ella comenzó a caminar para ser iluminada.

Izuku pudo verle sin ningún tipo de expresión, además de notar las heridas en su rostro y oreja

-¿Quien te hizo daño?- le preguntó y ella se mantenía callada.

Ella miró la pequeña mesa donde una jeringa con un líquido negro reposaba.

La jeringa estaba a la mitad de cantidad.

-...tu no eres izuku- le dijo ella y el peliverde sonrió.

-¿Te das cuenta?- le dijo mostrando sus ojos de color rojo- ¿Cuánto te tomó?-

-esa jeringa, tenía algo que el maestro hizo para bakugou si se rehusaba a cooperar...te la dió a ti...- dijo ella triste

-es irónico, ¿Por qué estás triste? Lo engañaste e hiciste lo quisiste con él para tu plan, ¿Por qué no lo matas de una vez y terminamos con esto? ¿O no puedes? Típico ¿Te enamoraste de él? No me hagas reír, maldita mujer- el peliverde hablaba con una sonrisa hilarante y llena de malísima con movimientos fluidos con su cuerpo.

-...- toga mantenía su distancia.

-por favor...mátame...hazlo- le dijo y sus ojos ahora eran verdes- no lo soporto...quema... duele...no quiero esto...por favor...-

Las lágrimas caían de sus ojos mientras su mirada seguía el mismo camino bajando la cabeza a la rubia quien levantó su mano para consolarlo.

Pero retrocedió cuando el sonido de algo dislocandose sonó y estaba en el suelo con el peliverde encima.

-...- izuku, con sus ojos nuevamente rojos, miraba con una sonrisa a la pelirubia

-...¿Que esperas?- le preguntó ella e izuku solo movió su cabello.

-prefiero matarte cuando menos te lo esperes ...pero no yo, él lo hara- señaló su propia cabeza.

Toga miró cuando esté volvió a sus colores normales y se levantaba del cuerpo de la chica.

Izuku se sujetaba el rostro.

Se apoyo en la espalda y lloró.

Toga miraba al peliverde desde la lejanía queriendo acercarse, pero no pudo.

Su cuerpo no se movía.

-izuku...- le dijo ella- déjame moverme- le pidió.

Izuku no respondía de su posición.

-por favor...no te engañaré mas- lo había decidido.

Izuku de igual forma no se lo permitía.

-te lo prometo- le dijo ella levantandose como podía y su cuerpo era rajuñado por algo

-¡Espera!- gritó él aterrado al ver cómo ella era lastimada.

-no quiero- le dijo mientras daba otro paso.

-¡Por favor, detente!- le pidió el peliverde alejándose de ella.

Toga era cortada por algo invisible y no se detenía a pesar de ser herida de esa forma.

Cuando se acercó a izuku, lo abrazó.

-no quiero...dañarte otra vez- ella sujeto su rostro.

Y lo besó.

...

Mi villanaWhere stories live. Discover now