XIV

41 2 0
                                    

El primer partido.

Me senté en medio de Harry y Hermione para terminar un pedazo de pastel de calabaza. Harry aún seguía mirándome muy raro. Hermione en cambio evitaba un poco mi mirada.

- Esta bien. ¿Que es lo que ocurre? ¿Tengo algo en la cara? ¿Moco de troll, quizás?

Harry abrió la boca pero no dijo nada. Parecía confundido.

- Tu... - Empezó Hermione. Miraba a Harry y luego a mi. - Rain, cuando luchábamos con el troll, tus ojos.. Ellos...

- Rain, tenías los ojos dorados.

- ¿Que?

No tenía sentido. Incluso creí que era una broma, pero se mostraban aterradoramente serios.

- ¿No sabes que pudo ser?

- Ni siquiera pude verme. Esto es extraño. ¿Dorados?

- Tampoco se de casos así en el mundo de la magia. - Dijo Hermione pensativa.

- Quizás debas preguntarle a tus hermanas. O algún profesor.

Asentí mirándolo, esperando a que en cualquier segundo empezaran a reír confirmando que era una broma. Pero seguían serios.

Media hora después Percy mandó a todos a la cama. Fui a mi habitación a ponerme el pijama. Luego de cepillarme los dientes, me quedé un largo rato mirando mi reflejo en el espejo.

No se exactamente que tengo que esperar que suceda. Dudo mucho que cambien aquí mismo, pero al fin y al cabo ni siquiera se que lo provoco.

Dorados... Es extraño. Observo mis ojos. Me gustan mis ojos. Y no necesariamente hablando del color. Me gusta su forma. Ovalados y ligeramente almendrados. Si fruncía el ceño se achinaban un poco. Me gustaban.

El color marrón en ellos me gustaba. A muchos no les gusta tener los ojos marrones. Pero a mi siempre me gustaron. No puedo imaginarme con otro color como azul o verdes. No sería yo.

¿Por que se me pusieron los ojos dorados?

¡Toc toc toc!

- ¡Ah!

Pegué un brinco golpeándome la frente con el espejo.

- ¡Llevas ahí como media hora! ¡Quiero peinarme! - Gritó Lavander al otro lado.

Mi mueca de dolor en el espejo se transformo rápidamente en una de fastidio.

Abrí la puerta y dejé pasar a Lavander sonriendole sarcásticamente para luego dirigirme a mi cama.

Al día siguiente, durante el descanso, Hermione y yo ayudábamos a Ron a terminar sus deberes. Pero Harry solo daba vueltas por la sala común. Me había dicho que Snape le confisco su libro de Quidditch a través de los tiempos. Quería recuperarlo, pero como creía de que era otra de las formas en las que Snape se tomaba con Harry solo por que si, sería difícil.

- Iré a pedírselo. - Dijo de pronto. - En la sala de profesores.

- Mala idea. - Dijimos los tres a la vez.

- Debo intentar. - Dijo para luego marcharse.

Salió por el retrato de la dama gorda mientras Hermione y yo negábamos.

- Ya esta. - Dijo Ron mostrando su ensayo a Hermione. Se estiró un poco.

- No, no es cierto. - Hermione le devolvió el pergamino donde ahora estaban señaladas por ella distintas faltas de ortografía.

La piedra filosofal - REH #1Where stories live. Discover now