V.

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El está ahí, de pie junto a sus padres y frente a los míos. Es extraño, el es rubio, pero sus padres no. Eso me causa intriga por saber más de ellos, pero no, es mejor contenerla hasta que desaparezca.

— Lamento la tardanza. — Digo interrumpiendo su conversación.
¿Eso es grosero?, Como sea, no importa.
Todos los presentes ponen su atención en mi.
— Eider, acércate. — Dice mi padre invitandome a qué me una a ellos y eso hago.
Puedo sentir la mirada fría, vacía e inexpresiva del rubio sobre mi.
— Déjenme presentarles a nuestra hija Eider. — Habla papá con una sonrisa en el rostro.
Me siento extraña ante la situación.
— Un gusto conocerlos. — Digo de manera general, refiriéndome al rubio y sus padres.
— El gusto es nuestro Eider. — Dicen los señores Van Dijk estrechando amablemente mi mano.
El rubio por otro lado, hace algo completamente diferente.
— Es un verdadero placer conocerte Eider. — El chico frente a mi toma mi mano y besa mi palma superior sin previo aviso para después fijar sus ojos en los míos.
Su tacto me provoca escalofríos. Y lo que me sorprende es que fingió no conocerme.

En el transcurso de la cena los adultos conversaban, olvidando que rayo de sol y yo estamos aquí.
— No me dijiste tu nombre. — Le digo al rubio en voz baja.
— Tampoco me dijiste el tuyo. — Dice sin mirarme.
— Jamás lo preguntaste y ya lo sabes.
— Primero, eres horriblemente molesta, segundo, no tenemos por qué hablar y tercero soy Ruel. — Eso fue como un valde de agua fría.
Trato de reprimir las ganas inmensas de golpearlo en ese bello rostro.
¿Horriblemente molesta?, Horriblemente destrozada le dejaría la cara si nuestros padres no estuviesen aquí.
— Te acabo de conocer ya te... — Dejo la frase a medias, ya que los adultos se levantan del comedor, señal de que Ruel y sus padres se van. Cosa que agradezco.

No dudo en ponerme de pie yo también.
Mis padres y los señores Van Dijk se dirigen a la puerta de salida, por lo que yo y al parecer Ruel también hacemos lo mismo.
— Por cierto Evenson, no tuve la oportunidad de decírtelo antes pero, luces patética con ese vestido. — No respondí porque estábamos por llegar a la puerta, pero si que le di una mala mirada.

Horriblemente molesta y patética.
Me pregunto¿Que otros adjetivos desagradables tiene este chico para describirme?
— Agradecemos su invitación, Jonas y Ágata, y Eider, una vez más, fue un gusto poder conocerte. — Dice la señora Van Dijk.
— Igualmente. — Es lo único que logró decir, les ofrezco una sonrisa a libios cerrados para no mostrarme tan descortés.
— ¿Y tú Ruel, no te despides? — Dice el señor Van Dijk a su hijo.
— Pero claro, son una familia muy agradable, gracias por la cena. — Habla el rubio ofreciéndo también una sonrisa, dejando ver sus dientes perfectamente alineados.

Una sonrisa bastante bonita para alguien tan desagradable.

SILENCE / Ruel Van Dijk (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora