SINOPSIS:
Mila Anderson es una joven doctora que, frustrada por su vida laboral, decide salir de fiesta una noche con un objetivo en mente: divertirse. En su traducción: tener sexo con el atractivo hombre que conoció bailando.
De pronto, todo comien...
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𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖈𝖎𝖓𝖈𝖔: ❝𝕻𝖔𝖑𝖛𝖔 𝖊𝖓 𝖊𝖑 𝖛𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔❞.
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LA VIDA NO SE LA había imaginado así. Los planes que Mila había cimentado por años peligraban ante la aparición de Sam, agitando su amigable normalidad. Quiso creer que todo se trataba de una elaborada y extensa pesadilla de la cual todavía no sabía cómo despertar, pero no fue así.
La había desarmado con sólo una sentencia: Embarazada de mí.
Porque sí, tenía razón y lo había descubierto de la manera más humillante posible, con la acusación de un tercero que cambió de abrupto toda su existencia a partir de ahí.
El corazón le dio un vuelco cuando Sam la miró con horror, y deseó desaparecer. Pidió que la tierra se abriera bajo sus pies hasta tragársela, ojalá para no haber visto su reacción cuando, entre tartamudeos nerviosos, le contestó sin remedio que sí.
Sentía vergüenza, menoscabo por cómo los ojos de los hermanos fueron a dar a su vientre.
Él reaccionó enfadado, según Mila por estar embarazada cuando apenas se conocían, y todavía podía ver su molestia a través del espejo retrovisor del Impala.
Desde que abandonaron Salt Lake City que no le devolvía la mirada, quizás por estar ocupado en sus propios asuntos y demasiado distraído para pensar en lo que la pelirroja podía necesitar.
Mientras, ella cargaba con el peso de tener que huir de su hogar, de haber parpadeado por un instante y perderlo todo, incluso el suelo seguro bajo sus pies.
Guardaba un luto silencioso por la vida que dejaba atrás en la carretera, recordando con horror lo que había sido tener a la policía en su apartamento para taponar el desastre que el ángel Castiel había ocasionado, mintiendo con un supuesto asalto.
«¡Puff! Como si evitara que Janeth me odie de por vida. ¡Ay, no! Janeth, Travis, mamá... mi empleo, mi carrera... todo. ¿Qué se supone que voy a hacer ahora? ¿Quedarme por siempre en el auto de unos extraños?».
