Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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Dijo que tres faroles condecen tres permisos en ningún momento mencionó que solo era upn permiso por estudiante, fue lo que pensó Kaede en lo que se internaba en aquel bosque y no era tan cerrada para pensar que era la única a la que se le había ocurrido pues por lo que había dicho Shima él también parecía captasro. Solo esperaba que los demás también lo captaran rápido.
Ella no comprendía por qué el de cabello rosa podía actuar tan tranquilo y como si nada pasara cuando ella se ponía de los nervios cada vez que él le hablaba, no podía sentirse menos que inquieta sin importar la forma en que él le hablara que no había sido precisamente agresivo o algo así pero su desconfianza empezaba a volverse a algo parecido a ansiedad.
Era una ansiedad tan creciente que incluso empezó a creer que la seguían pero pronto supo que era algo que estaba pasando en realidad pues percibió a alguien corriendo detrás de ella y antes de que pudiera detenerse a ver de quién se trataba, la albina fue derribada por alguien con un inconfundible cabello rosa por lo que se tensó al instante aun habiendo quedado debajo.
—Te advierto que podría partirte la mitad de tus huesos sin mucho esfuerzo así que más te vale que te quites de encima de mí —advirtió Kaede en un tono gélido, casi en un siseo.
Shima solo formó una leve sonrisa sujetándole la smanos a ambos lados de la cabeza—. No lo dudo pero estoy seguro de que no querrías hacer eso.
—Será mejor que te quites o en serio te voy a ...
—¿Aún sigues desesperada sin saber qué hacer? —preguntó el chico de pronto captando la atención de la albina.
—¿Qué?
—Es decir, no debe ser fácil asimilar que inevitablemente acabarás muriendo con el tiempo, no debe ser agradable hacerte a la idea de que tu cuerpo se irá deteriorando—continuó hablando Shima con una despreocupación que empezaba a ser irritante—. Pero, por suerte para ti, conozco gente que pueden ayudarte. Kaede bufó—. Debes estar muy confiado para creer que en serio aceptaría esa ayuda.
—Probablemente te interesa, son personas que lidian con híbridos cómo tú y podrían tratar ese problema que tienes con mucha facilidad.
—¿Y por casualidad la Orden tiene conocimiento del trabajo de "esa gente" de la que hablas ?—cuestionó la muchacha sin disimular su desconfianza—. Porque estoy segura de que les encantaría conocerlos.
El de cabello rosa rió levemente—. Honestamente no, y siguiendo con mi honestidad creo que tu y yo llevamos suficiente tiempo aquí para saber que la Orden de la Verdadera Cruz preferiría que murieras ¿o no?
Kaede sólo dejó escapar un molesto suspiro pues de pronto no encontró algún argumento para responder pues recordó la charla con Mephisto y era como si aquello fuera lo que realmente buscara. Pero no lo admitirá en voz alta.
