👅 7. JUGUEMOS

1.3K 194 46
                                    

Yibo, con su enorme mano masturbaba nuestros dos miembros, sus manos son enormes tienen el tamaño exacto para darnos placer juntos, el roce de su pene con el mío es delicioso, solo me queda dejarme llevar disfrutar las sacudidas que me brinda la mano de Yibo.

Los dos llegamos al placer total casi al mismo tiempo, nuestros líquidos se mezclaron y quedaron derramados en su mano, él se la llevo a la boca y empezó a lamerla, me éxito tanto que quise lamer esa mano yo también.

Después de aquello nos envolvimos en un dulce abrazo y él sonrió como un tonto, pues me hizo prometerle otra vez que me portaría bien con él, si él se portaba bien conmigo, este ex rubio me hace decir y hacer cosas que nunca imagine poder decir o hacer antes.

- Entonces Zhan, ¿qué quieres que haga por ti?, ¿que se te antoja? –continua abrazándome y dándome tiernos besos en mi rostro que bajan por mi cuello, entonces lo recordé

- Sabes Yibo, toda la semana traje un pequeño antojo, una idea – yo tenía los ojos cerrados disfrutando sus besos en mi piel. Él se detuvo y con un poco de duda en su rostro

- Que antojo tienes Zhan, lo que quieras dime, sea lo que sea lo hare- dijo mirándome a los ojos muy decidido, me dio un poco de vergüenza decirle lo que quería

- Quiero jugar a los vaqueros,. . . quiero que te montes en mi miembro . . . y que te muevas buscando tu propio placer –lo mire a los ojos para ver su reacción a mis palabras, le sonreí de forma picara y el sonrió

- Eres muy travieso Zhan, lo hare, pero con la condición que tú lo hagas después conmigo – me dio mucha gracia su comentario, es difícil tratar con este chico, siempre quiere sacar provecho de todo, sonreí y acepte su condición con un ligero movimiento de cabeza

Después de aquella difícil negociación con Yibo, continuamos en ese dulce abrazo y empecé a besar su rostro, deslice mi mano tocando suavemente su cuello, a su pezón derecho lo apreté un poquito y seguí bajando mi mano por su abdomen, su ombligo, acaricie su pene que estaba un poco flácido, pero aun en ese estado ese trozo de carne se veía impresionantemente delicioso, voltee hacia el mueble junto a la cama para tomar el lubricante, coloque un par de almohadas en su espalda, sin dejar de acariciar suavemente su miembro,

- recuéstate en las almohadas, Yibo, así puedo ver todo de ti- es tan obediente, se ve tan lindo abierto de piernas frente a mí, coloco sus brazos bajo su cabeza, cerro los ojos relajándose dejándose llevar por las caricias que le daba a su miembro que poco a poco volvía a tomar firmeza, sus piernas estaban rodeándome y yo continuaba sentado frente a esa esplendida vista con cada una de mis piernas a cada lado de su cuerpo. Coloque un poco de lubricante en mis dedos, suavemente y poco a poco fui metiendo dos dedos en su entrada, el gimió un poco

- Relájate yibo, tienes que acostumbrarte esto es para que sea más fácil después

- Si está bien, continua

Al notar que lo soportaba metí el tercer dedo, deje que respirara un poco y empecé a frotar por dentro, no supe bien que estaba haciendo, durante la semana investigue un poco sobre el sexo entre hombres y recomendaban hacerlo. Si, debo aceptar que investigue un poco sobre ello, si volvía a ocurrir algo entre Yibo y yo, debía estar preparado, no es que yo lo buscara, pero, si se daba, si se volvía a dar, quería hacerlo sentir tan bien, como me sentí yo cuando el entro en mí, así que con ese curso rápido e intensivo que tome, procedí a tocar por todos lados su interior y así intentar darle placer, note como su respiración empezó a agitarse otra vez y desvergonzadamente empezó a mover sus caderas al ritmo de mis dedos, su pene orgullosamente erecto se movía frente a mi como si de una danza se tratara, creo que le gusta como lo estoy tocando, verlo en esas condiciones hizo que mi erección volviera, muero de ganas de verlo rebotar sobre mi miembro, continúe frotando un poco más su interior

¿Eres tú, mi destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora