3. La luz de tus ojos -SingtoKrist Terminada

Dos

Después de una larga espera, por fin la familia pudieron pasar a verlo al adolescente herido.

Uno a uno, los tres fueron entrando en la sala de recuperación donde estaba y observaron a un Krist con su cabeza, los ojos y todo su tórax vendados, era una imagen desoladora.

Cuando este se despertó, se encontró que no podía abrir los ojos y entonces se tocó las vendas, estaba muy asustado y apenas recordaba nada pues las imágenes en su cerebro empezaron a llegar confusas y muy poco a poco.

-Hola cariño, ¿qué tal te encuentras?. -le dijo una enfermera a su lado.

-Hola, ¿Dónde están mi familia?, ¿Ellos están bien?-preguntó preocupado.

-Tranquilo, están en la sala y pronto podrán volver a entrar.

Unas horas después, este fue trasladado a una habitación y tras el aviso de otra de las enfermeras, Mali pudo entrar con él.

-Ho-Hola mi vida, ¿C-Cómo te encuentras?.

-Bien mamá...¿y vosotros?, ¿estáis todos bien verdad?.

-Si cariño, no te preocupes, estamos bien.

-Mamá porque tengo vendas en los ojos y en la cabeza.

-Cielo, el coche con el que chocamos ¿Lo recuerdas?.

-Si, recuerdo ver unos faros que venían a toda prisa hacia mí y luego me dolió mucho cara y la cabeza pero ya no recuerdo nada más.

-Te han operado cielo, debemos esperar los resultados.

Tras estar un rato, entraron también su padre y a continuación su hermano.

- Hey, que bien que hayas despertado. Estamos aquí contigo-dijo Kong cogiéndole la mano.

-Papá, no puedo ver con estas vendas.

-Te operaron, al parecer sufriste un fuerte golpe y tus ojos se dañaron...Tranquilo hijo, solo tendrás que tenerlas unos días, luego iremos a casa-volvió a explicarle este.

Unos días después, el médico procedió a ver los resultados de la operación.

...-Bien muchacho, sacaremos esas. vendas poco a poco y entonces abrirás tus ojos lentamente para que se habituen a la luz, ¿de acuerdo?.

La venda fue saliendo y cuando sus ojos cerrados fueron visibles, el médico le dijo que ya podía abrirlos y el adolescente obedeció pero...

-¡No veo nada doctor!, ¡es-está todo negro!-gritó asustado-... mis ojos mamá... no puedo...no... ¿Papá dónde estáis?, ¿por qué no puedo veros?.

La familia miraba impotente ante la preocupación del médico y el nerviosismo de Krist.

-Tranquilo muchacho, tranquilo-le decían enfermeras mientras le administraban un calmante.

-¿Qué le pasa doctor?, ¿por qué no puede ver mi hermano?.

-Ya les dije...El golpe fue muy fuerte y el quedarse ciego entraba en el abanico de posibles secuelas-dijo el doctor mirándolos.

-Oh Dios pero no hay esperanza... ¿no podrá volver a ver nunca más?-preguntó su madre llorando.

El doctor resopló.

-No puedo asegurarles pero gracias a Dios la medicina avanza día a día...Puede que quizás con el tiempo haya algún sistema con el que pueda recuperar algo de su visión o la totalidad pero no es seguro, no quiero mentirles.

-Gracias doctor, nunca perderemos las esperanzas-Dijo gel cabeza de famila mientras contemplaba a su pobre hijo tumbado de nuevo en la cama dormido a causa del tranquilizante.

Unos días después de eso, Krist pudo dejar el hospital pero ya no era el mismo de antes, ya de por si era serio y callado pero apareció una total amargura que desencadenó en mal humor, rechazo y palabras hirientes.

Sus padres lo inscribieron en una escuela para invidentes para que con el tiempo aprendiese a superar los obstáculos y a manejarse con el bastón, el cual se negaba a utilizar.

...-¡Quiero ir a mi escuela de siempre y quiero estar con mi hermano y mis amigos!, ¡No quiero ser un maldito lisiado, ni llevar esta maldita cosa!

Este no atendía a razones y las continúas peleas de sus padres tampoco lo ayudaban, así que dejó la escuela de invidentes, el bastón y aprendió por sí mismo a manejarse en casa.

En la calle lo hizo con ayuda de los demás y sobre todo de su hermano pues él se sentía un chico normal y quería que lo tratasen como tal.