Quince

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Tras tres largas horas de operación, el doctor salió del quirófano muy esperanzado.

Esta parecía haber sido un éxito total, tendrían que esperar a la evolución pero todo indicaba que Krist tendría  una oportunidad de poder volver a ver.

Tras unas horas más, Kong ya pudo  entrar a acompañarlo, estaba muy afligido por volver a ver su hijo tirado en una cama de hospital, de nuevo por culpa de un coche pero esta vez, aunque no había sido su culpa, se sentía culpable por no estar a su lado.

Cuando el gemelo abrió los ojos, su padre le contó lo ocurrido, se puso muy contento por la posibilidad de poder ver, aunque este le dijo que no se hiciese muchas ilusiones, que tendrían que ver todos los pros y contras de la operación.

Días después los coágulo habían desaparecido y tras varias pruebas, el doctor habló con Kong de nuevo.

...—Señor Perawat, me alegra decirle que los coágulo ya no existen y mi colega en Houston está dispuesto a ver a su hijo y hacerle un diagnóstico.

—Genial doctor, bueno explíqueme que debo hacer.

—Bueno esta tarde le daré el alta a Krist, entonces le prepararé todo lo que debe llevarse allá y entonces le diré ya el lugar y la fecha de consulta, ¿ok?.

—Gracias doctor, es fantástico—agradeció el hombre muy esperanzado.

—Solo hago mi trabajo, además su hijo se ve un muchacho muy tierno y adorable, merece mirar lo bello de la vida.

Una semana después, el gemelo y su padre estaban de camino a Houston, donde el doctor Fabián Brion los esperaba, este estaba en silla de ruedas pues su pierna aún tendría la escayola, la cual debía llevarla un mes más.

El vuelo resultó tranquilo y una vez en esa extraña cuidad, estos se fueron directos a la consulta, la cual fue de maravilla, ya que había muchas esperanzas pues la ciencia había avanzado mucho en ese terreno y por lo visto el 80% de posibilidades de que Krist volviese a ver.

Este aceptó intentarlo, no quiso renunciar a poder volver a ver a su padre y a su hermano, ver el sol, las flores e incluso a su propio reflejo.

Después de dos semanas de pruebas y más pruebas, operaron el gemelo volvió a entrar en un quirófano, la operación duró cinco horas insufribles.

Kong creyó volverse loco de esperar, al igual que Arthit, el cual en Bangkok  esperaba noticias.

Una vez operado, el gemelo volvió a la planta con los ojos cubiertos por un gran vendaje, el cual tendría que llevar unos días.

Muchos nervios azotaron a los Perawat hasta el día en que le fueron quitadas las vendas.

...—Doctor no puedo ver nada, sigue habiendo oscuridad—dijo Krist  desanimado.

—Tranquilo, dale tiempo a tus ojos a adaptarse—dijo este sonriendo.

Tras unos minutos, el chico comenzó a ver una luz, entonces dio un grito cuando minutos después miró sombras y más tarde distinguió formas y colores, unas horas después, este ya distinguía siluetas.

—¡Esto es un milagro!..., es usted un Dios, doctor....te veo papá, te veo—exclamó feliz—...al fin podré verlo todo.

al fin podré verlo todo

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3. La luz de tus ojos -SingtoKrist TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora