Arthit y Krist Perawat son dos gemelos idénticos físicamente pero con carácter y actitudes muy diferentes.
Después de pasar toda su infancia juntos, a los catorce años, Krist, el más joven por dos minutos pierde la visión a causa de un accidente. M...
Krist se despidió de su hermano y de su cuñado con muchas lágrimas, lloró mares viéndolo partir de nuevo a una nueva misión del ejército, siempre era duro el no saber si volvería a verlo con vida pero la vida militar era así y su hermano era la había escogido vivir.
Al salir del aeropuerto, este paró en casa de Siento antes de irse al instituto donde impartía clases tras terminar la carrera.
Subió las escaleras silenciosamente, entró a oscuras en la habitación de su novio, su puerta estaba entreabierta, se acercó a su cabeza y la besó tiernamente.
—Buenos días amor— le susurró sonriente.
El moreno que estaba tapado hasta las orejas se asustó pues estaba todo oscuro y no lo había oído llegar, así que pegó un bote y se giró rápidamente en la cama destapándose sin darse cuenta.
Desde que estaban juntos ya habían hecho el amor muchas veces pero siempre era como sí fuese la primera.
—De-Debería irme, t-tú tienes que ves-tirte y....
—Hey no seas así, tus alumnos pueden esperar...anda ven, tumbate a mi lado— dijo el moreno sujetandole del brazo.
El gemelo suspiró y entonces se acercó quitándose el abrigo, luego se tumbó sobre la cama y Singto comenzó besarlo y a desabrocharle la camisa para acariciarle el pecho y morder sus pezones rosaditos, a lo que este respondió con suaves jadeos y gemidos.
Poco a poco, los besos se intesificaron, entonces Singto se subió encima de su novio y frotó su bulto contra el de su novio haciéndolo gemir de placer.
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—Oh joder siento mucha presión, aaah—dijo el gemelo con cada roce en su palpitante polla.
Sonreía ante la gran excitación que sentía, entonces Singto le agarró el miembro con firmeza y comenzó a bombearselo.
—Quiero follarte ya.
El gemelo asintió y tras quitarse la ropa rápidamente, se abrió de piernas mostrando su lubricado agujero.
El moreno sonrió y entonces cogió lubricante en la mesilla y se la echó, luego poco a poco se introdujo dentro de este.
—¡Ooh joder!, eres tan estrecho... aah, es increíble... se siente tan bien aah...—dijo Singto jadeante.
—Oh Dios... Dios..
El moreno comenzó a moverse y la sensación fue increíble para los dos, realmente era increíble hacer el amor con la persona correcta, con el que sin duda era su amor verdadero.
—Oh joder Singto no aguan-to masss... aaah me voy a co-corr....
—Correte amor mío.... aaah... lléname de ti, no te reprimas cariño, aaah— le dijo este mientras intensificaba las estocadas hasta correrse él también.
Ambos soltaron un gran gemido al correrse y tras terminar, el moreno cayó muy agitado sobre el pecho de su novio que intentaba regular su respiración, entre risas y jadeos entrecortados
—Singto es-to siempre es tan in-creí-ble ...Di-os, es me-jor que cuan-do re-recobré la vis-ta no pue-do ima-ginarme na-da me-jor.
—Pues claro que si existe algo mucho mejor, mi cielo.
Krist lo miró intrigado.
—Pues lo mejor, es que podemos hacerlo cuantas veces queramos, de múltiples formas y en distintos lugares—rió el moreno lascivamente mientras le comenzaba ha hacer costillas en los costados a Krist, el cual gritaba a pleno pulmón:
—¡Oooh joder!, ¡creo que mi novio es un obseso sexual!... ¡socorro!, ¡Se quedará seco!.
El moreno se detuvo y entonces el genelo recostó su cabeza en si vientre.
—Te amo Krist.
—Y yo a ti Singto.
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