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Ya ha pasado un mes de la muerte de Colly, un mes en donde Jessamine no ha salido casi de su habitación, ya no podía montar a su gran amigo todos los días como hacía desde que tiene memoria. Sentia que había perdido la única parte que le quedaba de su madre, esa tarde para ella no solo había muerto su amigo de toda su vida, su madre había muerto de nuevo.

Ya casi no hablaba con su padre, desde la vez que se enteró que fue a la casa de Thomas que el esta distante, hace un mes que tampoco ve a Thomas y eso en parte lo agradece, las cosas no terminaron muy bien la ultima vez que estuvieron juntos. Alex estaba muy nervioso últimamente, y la joven sabía que cada vez se metía en más problemas, fueron varias las veces que tuvo que ir a ver a Thomas en busca de ayuda.

Esta semana Jessamine comenzaría a ir a la universidad, se quería especializar en veterinaria de caballos. Realmente estaba nerviosa y algo enojada ya que su padre le dejó en claro que tendría que ser escoltada y acompañada por alguno de seguridad si quería asistir a la universidad.

Bajo las escaleras y fue directo a la cocina, busco un vaso y lo lleno con agua. Salio de la cocina y paso por la sala de estar, allí se encontraba su nuevo amigo.

¿Otra vez te mando de mensajero?-dijo la joven en un tono de burla.- Finn el mensajero de los Shelby.-volvio a burlarse de su amigo.-

Lo cierto es que Finn se la pasaba en su casa, Thomas lo enviaba muchas veces a que le haga llegar cosas al padre de Jessamine, en ese mes Finn y ella lograron hacerse amigos, no les costó mucho ya que tenían la misma edad.

Créeme que prefiero eso.-respondio el joven observando a su amiga.- ¿Estas nerviosa por la universidad?

Si, un poco, odio socializar con la gente y odio tener a unos gorilas llevándome y trayendo todo el día.-dijo lo último soltando un gran suspiro.- Odio todo esto.

Finn, hija.-fue la forma que usó Alex para saludar a los dos jóvenes.-

Señor Brown, vengo a invitarlo a la inauguración del bar que abrimos en nuestro nombre, están los dos invitados, Thomas los espera a los dos esta noche.-explico el joven de los Shelby.-

Oh, claro. Gracias Finn, nos vemos allí esta noche.-asintió el padre de la joven con una leve sonrisa.- Ya escuchaste, hoy saldremos.-le dijo ahora a su hija pero más como una advertencia que un aviso.-

Las horas pasaron y ya Jessamine se encontraba en la puerta del bar junto a su padre, lo cierto es que no habían hablado desde esta tarde, ambos estaban enojados y se notaba en el ambiente. Al ingresar había demasiada de gente vestida con trajes y las mujeres con vestidos. Jessamine siguió a su padre en silencio por el interior del bar, a lo lejos pudo observar a Thomas con el mismo traje de siempre, un cigarrillo en sus labios y un vaso de whisky en la mano.

Jessamine, cariño tanto tiempo.-escucho la voz de una mujer llamarla, Polly.-

Hola Polly, si ha pasado un tiempo.-sonrió a la mujer frente a ella mientras que su padre se disculpaba y se iba en busca de Thomas.-

Estas triste.-fue lo único que dijo la mujer observando a la joven.-

Estoy bien.-respondió algo nerviosa mientras desviaba la mirada.-

No me puedes mentir a mi.-dijo divertida.- Soy una mujer que ha pasado y conocido mucho, puedo ver si alguien está triste y tu, cariño si que lo estás.

Tal vez puede ser por lo de mi caballo.-susurró bajando la mirada sintiendo como los ojos comenzaban a picarle y la garganta le dolía.- Supongo que ya pasara, gracias por preocuparte.

Siempre todo pasa.-la mujer extendió una mano para acariciar la mejilla de la joven.- De verdad me recuerdas mucho a tu madre, ella era una gran mujer. Podria decir que hoy soy quien soy gracias a ella en parte. Por eso tengo que pedirte que te alejes de Thomas, de verdad me agradecerás, no dejes que te arrastre con el.-dicho esto último Polly se fue dejándola sola.-

La dejo un poco sorprendida, no había entendido lo que le quiso decir con eso, estaban pasando muchas cosas últimamente y ella era siempre la última en enterarse.

Se sintió sola casi toda la noche, aunque Finn cada tanto que tenía tiempo iba a ver que necesitaba, su padre parecía un admirador de Thomas y eso le molestaba, parecía como que se había olvidado de ella y no iría a estar cerca de Thomas por ninguna razón. No sé negaba a agarrar un trago cada vez que uno de los mozos que pasaba se lo ofrecía, la verdad es que casi nunca bebía y lo estaba sintiendo. Camino hasta la salida para tomar aire, tenia demasiado calor y estaba algo mareada.

¿Por qué siempre escapas de la gente?-volvió a escuchar esa voz burlona que no escuchaba hace casi un mes.-

Vete.-balbuceó un poco al decir eso pero se recostó en la pared observando al cielo.-

¿No me extrañaste?-preguntó el mayor acercandose a ella dejando escapar una sonrisa.-

No, va a ser lo último que haría, créeme.-aunque le costó un poco hablar lo consiguió.-

¿Estas ebria? ¿Desde cuándo tomas?-preguntó algo preocupado.-

No te importa, vete.-se volvió a quejar mientras lo empujaba torpemente.-

¿Sabes qué el frío hará que te pongas peor?-ignoro la petición de la joven y volvió a insistir.-

Adiós.-dijo divertida mientras volvia a ingresar al bar, rápidamente logró perder de vista a Thomas entre toda la gente, aprovechó a salir nuevamente por la puerta de atrás.-

¿Estas sola?-fue lo primero que escucho al salir por la puerta.-

Era la voz de un hombre pero no le alcanzó el tiempo para voltearse y verle la cara que sintió un dolor intenso en su mejilla izquierda, la habían golpeado, el dolor la hizo tambalear pero el segundo golpe la hizo caer al suelo. Intento abrir los ojos para observar de quien se trataba pero realmente le dolía la cara, fue cuestión de segundos para sentir un dolor agudo en sus costillas, la había pateado, no una vez, sino que fueron cinco, pudo contarlas.

Dile a tu padre que los Shelby no podrán protegerlos siempre.-fue lo último que dijo el atacante antes de desaparecer en la oscuridad.-

Las lágrimas comenzaron a caer por su rostro, tenía los ojos cerrados por el dolor que sentía en ese momento, todo su cuerpo le dolía, no podía moverse ni ponerse de pie. Se encontraba tirada en el piso frío con un horrible dolor que apenas la dejaba respirar, Jessamine era una joven de contextura muy pequeña, y su atacante no tuvo piedad con ella. Solo pudo cerrar los ojos y llorar en silencio, la cabeza ahora le dolía peor y todo le daba vueltas.

Con la última fuerza que le quedaba pudo entre abrir los ojos para observar a su padre y a Thomas que salían desesperados y se acercaban a ella, por más que lo intentaba no podía oír nada de lo que le decían, las imágenes eran cada vez más borrosas al punto en donde se dejó llevar.

Ahora no veía, no sentía, ni tampoco escuchaba nada. Todo era oscuridad.

《Born To Die》 Thomas ShelbyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora