Lucem ac tenebras (Drarry)

Capítulo 24: Toda pesadilla acaba

Harry miró a Draco que parecía como en trance, miró su mano que temblaba mientras mantenía la pistola lo mas quieta posible. Tragó saliva y miró el mensaje de Severus confirmando que estaban afuera esperándolos. Harry se acercó a Draco y puso su mano en la mejilla del chico llamando su atención. Draco sonrió suavemente antes de recibir el beso de Harry, necesitaba eso, relajarse y pensar que todo saldría bien. La puerta se abrió y Narcisa les hizo una señal para que salieran, Ambos se mantuvieron cerca de la mujer mientras observaban la casa en total silencio. Narcisa abrió la puerta principal dejando que salieran ellos primero, Harry cogió la mano libre de Draco y corrió hacia la verja donde un coche negro encendió las luces dos veces, era su señal. Un disparo hizo que ambos chicos se detuvieran. Tragaron saliva antes de mirar por encima de su hombro viendo el cuerpo de Narcisa en el suelo con una mancha de sangre formándose alrededor de su cabeza. Draco sollozó mientras caía al suelo totalmente destruido, Harry miró con odio a Voldemort que los miraba divertido mientras apuntaba a Harry directamente.

- ¿Enserio crees que dejaría a Narcisa sola con vosotros?- Preguntó divertido mientras se acercaba a ellos. Los sollozos de Draco se oían de fondo mientras Harry se posicionó delante del chico protegiéndolo.- Sois unos crédulos, sabia que Narcisa no dejaría a su vástago aquí de nuevo y si él se iba tu te irías con él.- Dijo mientras apuntaba a la cabeza de Harry, este lo miró serio mientras cogía la pistola con su mano izquierda, temblando de ira intentando enderezar su agarre.- No puedes irte sin que te mate, sino te mato nunca llegaré al poder.- Harry gruñó mientras apretaba el gatillo, la bala ni siquiera rozó a Tom, este se rió mirando divertido a Harry mientras negaba.- Chico idiota.- Dijo antes de disparar, la bala de este le dio en su hombro derecho, Harry gritó tirando la pistola y llevándose la mano a la herida recién hecha.

- ¡Harry!- Escuchó la voz de Severus de fondo, mientras respiraba pesadamente sintiendo muchísimo dolor por todo el cuerpo.

- Severus.- Susurró con voz siseante llena de anhelo, Tom volvió apuntar a Harry mientras lo miraba serio.- Se acabó la partida.- Dijo apretando el gatillo, un segundo disparo sonó a la vez que el de Tom, Harry sintió el dolor en su abdomen mientras veía a Voldemort abrir los ojos sorprendido. Harry cayó de rodillas sintiendo como le costaba respirar, vio a Voldemort llevar su mano a su costado viendo como esta salía llena de sangre, le habían dado, no solo él caería, Voldemort se iría con él.

- Harry, mírame.- Pidió Draco con la voz rota mientras llevaba su mano al abdomen de Harry deteniendo el sangrado como podía.- ¡Severus!- Gritó desesperado mientras veía a Harry mirarlo como en estado de Shock.

Harry sintió a alguien más cogerlo pero se estaba sintiendo realmente cansado, su mirada se dirigió a donde Voldemort había caído, viendo como algunos mortifagos lo metían en la casa. Aún no había acabado, hasta que ese hombre estuviera muerto no habría acabado. Harry cerró los ojos escuchando los gritos de Draco, quería verlo una última vez, pero realmente estaba cansado.

*

El sonido de una máquina fue lo que le molesto a Harry, no sentía ningún tipo de dolor, aunque recordaba perfectamente los dos balazos y la mano rota no sentía ningún tipo de dolor. En su cabeza pasó la idea de que había muerto y eso era su cielo. Abrió los ojos despacio, notando mucha luz, cuando lo pudo hacer sin sentir molestia, lo primero que vio fue la cara de Remus con mucha preocupación encima. Eso significaba que no estaba muerto. Harry intentó mover su mano para tocar a Remus y este dio un suave salto antes de sonreír mucho más tranquilo. Se acercó y acarició la cara de este con una sonrisa.

- Nos has pegado un buen susto.- Susurró mientras dejaba un beso en su frente, Harry cerró los ojos sintiéndose querido.- Voy a llamar a Padfoot y a Sev antes de que los echen de la sala de espera, otra vez.- Harry se rió de forma rasposa cogiendo la mano para detenerle.