CAPÍTULO 58 ~ "Navaja de un filo"

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Recargo mis brazos en cada costado del árbol y me voy deslizando. Al llegar al suelo, me doy cuenta de que por esos segundos, no sentí el dolor de mi pecho y sentí algo diferente.

Miro mis brazos; están llenos de rasguños y pequeños hilos de sangre.

¿Necesitaré esto de nuevo con tal de no sentir este dolor en el pecho?

Sin pensarlo, me levanto y comienzo a caminar a la salida.

¿Por qué mi vida es tan de mierda?

Espero que esta vez sí termine lo que comencé hace dos años y por culpa de Eliza no completé.

Salgo de la universidad, pero decido no ir por mi auto e irme caminando.

¿Cómo voy a arreglar todo esto? ¿Cómo voy a deshacer todo el dolor? Sé que, nada dura para siempre, nada permanece igual, así que ¿Por qué no puedo dejar de sentirme de esta manera? Desearía poder hacer que se quedara, y yo soy la única que tiene la culpa y sé que es bastante tarde.

―¡Ingrid!―Siento que alguien me jala, y caigo al suelo sobre quien sea que me haya gritado.

―¿Pero en qué carajo estabas pensando, Bomer?―Me grita.

Intento ubicarme, y me doy cuenta de que, Logan fue quien me jalo, Eliza fue la segunda que me gritó, Nayla esta con los ojos cristalizados, su la boca esta tapada con sus mano y Fernando detrás de ella con los ojos muy abiertos.

―Lo siento mucho.―Dice un chico, creo que es de último año.―Creí que ella iba a parar, nunca imagine que tuviera intensiones de cruzar. En verdad lo siento ¿estás bien?―

―Eres un imbécil―Se levanta, y a mí con él.―¡Casi la matas! ¿Acaso crees que con un lo siento ella iba a estar bien si la hubieras arroyado? Eres un verdadero imbécil.―Logan está más que furioso.

―¡Pero no fue de todo mi culpa! Ella debió haber parado.―

―El puto límite de velocidad en esta zona es de diez kilómetros por puta hora, tú ibas mínimo en treinta, imbécil de mierda.―Frunzo el ceño.

―¿De qué mierda hablan?―Intervengo. Logan y el chico me mira como si fuera algo desconocido.

―Ingrid, casi te atropella este imbécil.―Abro mucho los ojos.

―¿Q-que?―Iba tan absorbida en mis pensamientos, que ni siquiera me di cuenta.

―Enserio lo siento.―

―¡Cállate de una puta vez!―Le grita Nayla.

―No, dejen de hablarle así al chico.―La gente comienza a cotillear y mirar hacia acá.

Genial, lo que me faltaba.

―Pero es que él...―

―No, también fue mi culpa por no fijarme por donde camino.―

―Pero esto no puede quedarse así.―Dice el castaño con el ceño fruncido.

―Si puede y se va a quedar así.―Miro al chico.―Lo siento mucho. Es mejor que te vayas.―

―Gracias. Fíjate bien para la próxima, chica.―Asiento. Se sube a su coche, lo arranca y se va.

―¿Pero qué rayos te pasa, Mackenzie?―Dice a mis espaldas.

―¿Y a ti que te importa?―Digo lo más firme que puedo y sin girar. Nayla y Eliza abren los ojos como platos. Cierro los ojos.

―¿Estás loca? Te pudo haber matado.―Me giro. Esta con el ceño fruncido.―¿Por qué lo dejaste que se fuera, Logan?―

Mis Pervertidas FantasíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora