Capitulo dos.

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II: Como tener dieciocho otra vez.

Amelie abrió la puerta de la clínica llamando la atención del Dr. Alan Deaton, quien sonrió de lado al verla cruzar la puerta.

— Parece que no tuviste una buena noche— murmuró acomodando unas cosas.

La morena dejó su bolsa en el mismo lugar del día anterior y se colocó su bata con pereza.

— No dormí mucho— confesó.

— ¿Y a qué se debe eso?— le preguntó.

— Creí qué tal vez pudiera encontrar algo del caso de los animales en el par de libros que traje de Nueva York. Eran algo extensos pero ninguno de ellos decía algo referente a eso, tal vez los que deje allá tengan algo.

— Oh, no te preocupes por eso. Mandé las pruebas al laboratorio después de que te fuiste, las tendrán para hoy al mediodía, tuve que decir que era una emergencia para que los tuvieran rápido— comentó.

— ¿De verdad cree qué hay algo en el agua?— lo cuestionó— es muy raro.

— De Beacon Hills puedo esperar cualquier cosa.

— ¿A que se refiere?— Amelie frunció el ceño.

Deaton se quedó quieto por unos segundos y después movió su cuerpo a la izquierda poniendo un recipiente en su lugar y sin ver a Amelie.

Pues si ella era alguien ajeno a lo sobrenatural.

— Nada— respondió— bien, tuve que entregar a los animales ayer por la tarde. Fue un completo desastre, pero tras muchas explicaciones pude hacerles entender que no fue culpa nuestra. Ahora sólo tengo que esperar a que no me demanden— bromeó— ven, limpiaremos las jaulas.

El siguiente rato se basó en ella y Alan Deaton limpiando todas las jaulas y desinfectando completamente el área donde anteriormente los animales habían estado. Ese momento fue aprovechado por Amelie para preguntarle al médico sobre la ciudad y las cosas que habían pasado en los últimos años mientras ella había estado ausente y se resistió tanto por no preguntarle acerca de Derek, sabiendo que Deaton había sido una persona cercana a la familia Hale.

Algún día sabría de él.

La extensa plática entre ellos se vio interrumpida cuando el móvil de Deaton sonó. Él se disculpó y salió del lugar contestando el llamado mientras que Amelie ponía en la basura todas lad toallas desechables que había utilizado para limpiar. Fue hasta el lavamanos y lavó las suyas mientras tarareaba una canción que no podía sacar de su cabeza y que ni siquiera recordaba dónde la había escuchado.

Acomodó algunas cosas que estaban fuera de su lugar y vio a Deaton entrando de nuevo.

— ¿Amelie?— la llamó— ¿desayunaste antes de venir?— ella negó— oh, puedes salir por tu desayuno si quieres.

— Oh, estoy bien. En realidad iba a ordenar algo y si...

— Beacon Hills no suele llevar tu comida hacia a ti— la interrumpió— es diferente a Nueva York— le recordó.

— Ow— carraspeó.

— Está bien si quieres salir por algo de comer además me serviría que después de la hora de tu comida pasarás por los resultados al laboratorio.

— Pero aún faltan dos horas para que sea mediodía— dijo viendo la hora— puedo ir por algo de comer rápido y regresar, luego ir al laboratorio.

— No, no, no— se apresuró él logrando que Amelie lo viera confundida— quiero decir, no te preocupes. El día estará tranquilo, puedes ir por tu desayuno, si tienes algo que hacer y luego ir por los resultados.

Eighteen ; Derek Hale.Where stories live. Discover now