Cap. 37

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El siguiente capítulo contiene escenas narradas e imágenes:

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Jennie estaba, para variar ese día (nótese la ironía), pedida en sus pensamientos y de nuevo no llegaba a nada en claro. Nunca creyó que tardaría más en cubrir sus ojeras con maquillaje que en tapar sus tatuajes, sus marcas personales como pecas o lunares, en esconder su pelo bajo una peluca o adornar su rostro con brillos que camuflaban sus facciones junto a esas tiras de silicona incómodas que cambiaban el aspecto de su rostro ligeramente redondo a uno más largo y fino.

En ese momento jugaba con las mangas de una de sus vestimentas para el MV; el hanbok modernizado que usaba le oprimía bajo el busto y le incitaba a mover sus brazos por esas grandes mangas anchas que portaba.

Cómo era de esperarse de Jennie, no había llegado a ninguna conclusión sobre qué hacer con Vante, osea V, osea TaeHyung, osea el chico a unos pasos de ella. Ella siempre fue así, distante y negativa aunque no lo pareciera.

A la escasa edad de cinco años creó esa mala costumbre de pensar siempre en negativo, en lo catastrófico que podría resultar todo, pero su sistema era simple. Ella prefería pensar lo peor porque así si el resultado era positivo se llevaba una sorpresa agradable, una buena noticia, y si el resultado era negativo, en la peor opción o una más ligera, ella ya estaría preparada y concienciada para ello.

Por eso no lloró cuando se vio en la calle sin trabajo ni estudios, por eso no lloró cuando Yang Hyun Suk le dijo que no era bonita, ni talentosa, no delgada, ni indicada para ser una Idol, por eso no se relacionaba con gente que no fuera de su círculo social, por eso se recriminaba el haber iniciado una amistad con Vante. Porque ahora que el chico se había clavado en lo más profundo de su corazón, una idea negativa que ella jamás habría podido imaginar era su cruda realidad.

-Nini. -Aquella voz grave en sobremanera y en tono bajo llamándola desde su espalda le hizo apretar sus ojos con fuerza. -No quiero molestar, me he dado cuenta que hasta tus amigos están dejándote tu espacio. - "Maldito observador". -Pero sabes que te tengo mucho aprecio y quiero que estés bien, si hay algo que pueda hacer yo...

-Tete. -La chica lo interrumpió gastando su apodo cariñoso, era tan débil ante él, joder eran dos se sus personas favoritas en una y ella como idiota no sabía afrontarlo. -Solo no me encuentro muy bien, estoy muy cansada y eso me afecta anímicamente, pero no es nada importante. -El peligro, vestido con los mismo atuendos que ella pero más sofisticados incluso y con una peluca de extensiones negras, hizo una mueca con sus labios. Jennie entonces decidió dejar de lado por primera vez en su vida el miedo al rechazo y su coraza protectora. -Ayer me hablabas de la chica que te gusta, ¿qué me decías?

-Ella... -Lo dudó un poco, él tampoco estaba de ánimos ese día. Jennie no le había hablado en todo el día de ayer si no se contaba el saludo de buenos días y hoy, para colmo, había leído e ignorado su infinidad de mensajes. Pero Nini estaba ahí para escucharlo, y tal vez solo necesitaba dejarlo salir pues ella podía comprender el estar tan encaprichado de un fan. -Le dije que me gustaba y ella respondió mis sentimientos de igual modo.

-Eso es genial. -Acotó ella con una sonrisa fingida, real para él.

-Sí bueno, lo fue los primeros días. -La pena en la voz siempre alegre y cantarina del chico apretó su corazón.

-¿Por qué? -Cuestionó de nuevo dejándose llevar, ya se arrepentiría después, sujetando una de sus manos con ambas de ella para darle ligeras caricias con sus pulgares.

-Porque ahora no me habla y duele mucho, muchísimo. -La ternura de ver su gran mano color canela junto a las pequeñas pálidas de Nini le hizo no sonar tan triste y lamentable como se sentía. Jennie por su parte se sintió una persona horrible, estaba haciéndole daño a quien más quería y al chico que le gustaba por uno de sus tantos miedos irracionales.

Meraki; entre letras y sobrenombres (Taennie y KookMin)Where stories live. Discover now