Buenas noticias

281 45 3
                                    

Mérida pov

Después de mi charla con Hipo anoche, decidí algo. Que averiguara qué le había pasado a Berk. Hipo parecía culparse a sí mismo por lo que sea que pasó, así que no creo que me lo vaya a decir pronto. Eso me deja con una sola opción, una opción que hubiera preferido evitar.

La biblioteca del castillo

Uf, esa habitación llena de tomos polvorientos que prácticamente emanaban aburrimiento para mí. Dirigiéndome hacia allí, tuve que recordarme a mí misma que estaba haciendo esto por Hipo. Bueno, técnicamente era para mí, pero era para ayudar a Hipo. Una vez que entré a la biblioteca vi a mamá. Inmediatamente pensé en volver más tarde ya que no quería que ella supiera que iba a leer sobre Berk, pero algo estaba mal. Mamá parecía perdida, angustiada y asustada.

—¿Mamá?

Se volvió hacia mí —Oh, Mérida. ¿Hay lecciones hoy que me haya olvidado?

—No, hoy no hay lecciones—dije. Olvidando que hoy no hubo lecciones; bien, definitivamente algo estaba mal. Dijo confundida

—¿Qué ... entonces qué estás haciendo aquí? Usualmente evitas la biblioteca del castillo como si fuera la plaga

—Vine porque parecía que algo estaba en tu mente— mentí

Suspiró —Estoy bien Mérida, no hay nada de qué preocuparse. Excepto por...

—Excepto por... ¿qué?

—Los fuegos fatuos— suspiró.

— ¿También los has visto?

—¿También? Yo ... ¿Qué ... ¿Cuándo los viste?— preguntó mamá

—Anoche, en los pasillos

—Yo también, sabes lo que esto significa, ¿no?—Preguntó.

—¿Qué es todo el asunto de la fatalidad y la tristeza?— Bromeé

Ella dijo con severidad: —Esto no es algo para bromear Mérida. Antes de que comenzaran las invasiones, los vi—

—¿Crees que esto es tan serio?— Pregunté preocupada

—Lo sé, pero no sé qué hacer. No tenemos ni idea de lo que podría pasar—Miré alrededor. Mamá tenía varios libros y artículos sobre los eventos que ocurrían dentro y fuera de DunBroch.

—Supongo que has estado buscando por un tiempo

—Sí, sin éxito alguno— respondió ella

Ella se enderezó —Bueno, ahora seamos honestos el uno con el otro, ¿por qué estás realmente aquí?

—Ya dije por qué—respondí rápidamente

—¿Así que pasaste por ahí y me viste?— preguntó ella. Iba a responder con un sí pero... inmediatamente me acordé de que nos prometimos trabajar por una mejor relación. Supongo que eso significa que tengo que decir la verdad.

—Entré porque quería saber qué le pasó a Berk—respondí

Mamá parpadeó un par de veces; Supongo que no era la respuesta que esperaba.

El jinete de DumbrochKde žijí příběhy. Začni objevovat