Capítulo 28

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Sentí que algo me estaba moviendo y no me dejaba dormir, tarde algunos segundos en acordarme donde estaba y con quien, cuando abrí los ojos ahí estaba ella, más despierta que nunca.

- ¿Qué haces vos en mi cama? - estaba frunciendo el ceño.

- Hola si, todo bien vos? Bien ? Genial - sonrió - Ahora si, me gusta esa sonrisa - le guiñe un ojo - Anoche señorita usted estaba muy borracha, y yo como el caballero que soy, no podía dejarla sola, así que la traje y me quede a dormir con usted. - me miro se tiro en la cama de nuevo y se tapo con la almohada.

- Siempre me terminas viendo borracha, decime que no hice un papelon por favor - le saque la almohada de encima y me le subí encima.

- No me importa si tomaste, si fumaste o si hiciste cualquier boludes, yo te quiero ver de cualquier forma y necesito estar ahí con vos para cuidarte - le agarre las muñecas y se las subí arriba de la cabeza - Solo te pido que me dejes cuidarte. Con vos estoy experimentando esto de tener celos, no los había sentido con nadie, pero con vos si - me agache y le di un beso - No vuelvas a privarme de tus besos ¿ok? - volvi a besarla - Tus besos son el paraíso para mi -

Nuestros besos fueron poco a poco subiendo de tono. Le mordí el labio inferior, los deje de lado y empecé a bajar con besitos de por medio hacia el cuello, donde me entretuve un buen rato, para luego soltarla separarme y sacarle la remera; sin eso de por medio, primero me llene la vista de ella, era hermosa, volví a ver ese tatuaje que tenía en las costillas, y también tenía otro tatuaje del otro lado, ese me saco una sonrisa porque era algo de River por los colores.

Volví a besarla dulcemente, quería disfrutar cada segundo que vivía con ella, todo lo que estaba pasando me tenía que quedar grabado a fuego, porque ella era especial para mi.

Entre torpeza y risas me saque la remera, ella me pasaba sus uñas por la espalda y eso fue despertando a mi amigo, tenerla así y sentirla me volvía loco.

- ¿Estás segura? No quiero que te sientas obligada a nada. - me miro con unos ojos distintos, unos que no había visto nunca.

- Nunca estuve más segura de algo en mi vida, quiero ser tuya Mateo.- esas palabras desataron en mi algo único.

Nos sacamos la ropa cómo pudimos, yo me quede en bóxer y ella en ropa interior, no podía creer lo hermosa y sexy que se veía, era una diosa y estaba apunto de ser mía.

Le saque el corpiño despacio y mi boca desesperada, casi atraída como iman, fue directa a su pezon, empecé a chuparlo dulcemente, primero uno luego el otro, mientras la escuchaba jadear, sentía que iba a explotar en cualquier momento.

Fui bajando poco a poco, quería ser lo más dulce posible, no estaba teniendo sexo con una más, estaba haciendo el amor con la piba que quería mucho, de la que estaba enamorándome perdidamente.

Explorar su cuerpo era una de las cosas más lindas, conocer sus puntos débiles, cuando llegue a la zona de la pelvis y empecé a besar, chupar y raspar un poco con los dientes, note como su piel se erizo, y empezó a gemir despacito, la estaba volviendo loca.

Tome su tanga negra, que en contraste con su piel blanca era una locura, la mire a los ojos, esperando alguna señal por si tenía que parar, pero en consecuencia recibí una tirada de pelo y un gemido, incitándome a que continuara.

Le saque la tanga dejándola expuesta para mi, respiré profundo volviéndome loco con él su olor a excitación, era el olor a ella misma, sin perfumes de por medio ni nada por el estilo está era Manuela.

Pose un dedo en su intimidad y sentí lo mojada que estaba para mi, no podía creer el efecto que estaba causando en ella, me volvía loco.

- Estas totalmente lista para mi, mi amor, me volves loco. - la escuche gemir.

- Por favor Mateo. - me agarro más fuerte de los pelos y supe que no aguantaba más.

Así que inicié mi camino de ida, porque sabía que iba a ser eso, un camino de ida una ves que la probara no iba a poder dejarla nunca y eso en este momento ya no me daba miedo, no tenía miedo de depender ella.

En este momento ahora, no tenía miedo de caídas, no tenía dudas, solo certezas sino era Manuela, no era ninguna.

Seguí con mi trabajo, pose la lengua sobre su humedad, le di un beso y me adentré en ella, la escuche gemir más fuerte, y sentí como una de sus manos se aferró a mi pelo y la otra a las sábanas.

A medida que fui aumentando mi ritmo, mi chica empezó a gemir más fuerte, volviéndome más loco de lo que estaba, empecé a sentir como se tensaba y su leguaje corporal me dejaba conocer sus momentos, supe que estaba muy cerca del orgasmo y así fue, grito mi nombre y me sentí satisfecho.

Subí y la besé, su mano fue directa a mi amigo y lo empezó acariciar por arriba del bóxer, hasta que sentí el tacto de su mano fría sobre mi, empecé a jadear, sus caricias me estaban volviendo loco.

- No puedo esperar, ¿estás lista? - le pregunté ya medio impaciente.

- Por favor, te necesito Mateo -

Y esa fue su confirmación, me levante un poco para que me sacara el bóxer, en ese momento me di cuenta que no tenía forros, listo había arruinado el momento y me iba a quedar con las ganas.

La mire y seguramente mi cara de pánico me delato, porque me agarro la cara me beso y hablo.

- Uso pastillas anticonceptivas y confío en que no estás enfermo y yo tampoco, no podemos parar Justo ahora amor -

Sabía que tenía razón no podíamos parar, nos estábamos arriesgando mucho pero ella confiaba en mi y yo confiaba en ella. Nunca lo hacía sin protección, pero en este momento no podía tirarme para atrás.

La volví a besar, mientras ponía a mi amigo en su entrada y suavemente fui entrando en ella, mientras me clavaba las uñas en la espalda y gemía más fuerte.

Fue mágico, hacer el amor con ella fue realmente mágico, nuestros orgasmos llegaron casi juntos, sentí que toque el cielo con las manos y fue gracias a ella.

Me di cuenta que cada cosa que hiciera con Manuela iba a ser siempre especial, porque ella lo era.

Después de un rato abrazados, sentí como su respiración se normalizaba y como me acariciaba el pecho.

- Gracias, fue realmente único. - me dijo rompiendo el silencio que se había establecido.

- Vos sos única, estoy perdido en vos Manuela.- la aferre mas a mi y aumente mi fuerza como si tuviera miedo que se me escapara.

- No te vuelvas a enojar nunca más conmigo por favor. - me pidió en voz bajita.

- Nunca mi amor, nunca. -

Y así nos quedamos , abrazados, más unidos que nunca, compartiendo cada vez más momentos únicos e irrepetibles juntos, me estaba enamorando perdidamente de ella y no había vuelta atrás.
















Sin ningún tipo de comentarios 🤭🤐

Cada vez más trolos estos capítulos. Hay que aprovechar cada momento de felicidad...

Hoy solo voy a actualizar este para estirar un poco más el tiempo, ya la tengo terminada completamente 🤭

Solo queda esta semana y una más
para que termine esta historia que tanto adore escribir,
Todavía falta pero yo
ya estoy llorando 😫

Ahora si, nos leemos mañana 💜

Tus ojos guiándome ~ Trueno Where stories live. Discover now