One Last Night || ESPAÑOL [TERMINADA]

22

Samantha no ha venido a trabajar por tres días.

A los primeros dos no le tomé mucha atención, quizás para convencerme a mi mismo que no tenía nada que ver conmigo ni mis malas decisiones, incluso si en el fondo sabía que eso era una mentira. Luego, cuando le envié más mensajes de texto de los que soy capaz de recordar, y la llamé hasta llenar su buzón de voz, caí en cuenta que no sacó nada mintiéndome a mi mismo.

Jake me observa con los ojos entrecerrados desde el otro lado del elevador, alza una ceja una vez que lo miro.

—Tercer día que Samantha no viene a trabajar —dice cambiando su maletín de su mano derecha a su mano izquierda, sus labios se aprietan en una pequeña mueca, sé que si sigo evadiendo sus preguntas, Jake se enfadará conmigo. Pero honestamente, esto no es de su incumbencia, así que puede meterse su enfado bien por el culo.

—Y eso me lo dices a mi.... ¿por qué?

Jake rueda los ojos.

—¿Hablaste con ella después de lo del otro día? —pregunta, Jake me observa como si fuese su hijo adolescente al que acaba de pillar robándose licor de su bar privado.

No respondo absolutamente nada, porque es bastante vergonzoso tener que admitir que Samantha no ha contestado ninguna de mis llamadas, ni mis mensajes.

—Hermano, al menos dime que has tratado de contactarte con Sam —dice Jake negando con la cabeza suavemente de un lado al otro.

—Por supuesto que sí —las palabras salen demasiado rápido, y un suspiro resignado me abandona. 

—Entonces es ella la que no te está contestando. 

Y como un completo idiota patético, le he dejado mensaje tras mensaje intentando... no sé. Arreglar lo que hice la otra noche, supongo. Sin embargo, hay una pequeña parte de mí que se siente aliviada, no puedo ni siquiera empezar a explicarlo... pero me convierto en una persona completamente diferente cuando estoy cerca de Samantha, y todo ese tiempo que pasamos en su apartamento, completamente a solas, estábamos en una pequeña e indestructible burbuja. 

Segura. 

Feliz, incluso. 

Actuó como ella misma más de lo que lo ha hecho en el par de meses que hemos estado montando este numerito. Y me gusta ese lado de Sam, despreocupada de lo que los demás puedan pensar, con algunas de sus paredes de hielo comenzando a derretirse, me gusta demasiado. Lo cual es probablemente la razón por la que coger se siente simplemente fantástico con ella. No es sólo físico. Su placer me trae placer, y eso es algo a lo que no quiero renunciar, no si puedo evitarlo. 

Me arrepentí en cuanto nuestra pequeña burbuja se reventó. Sé que Sam se asusta fácilmente, maldita sea, me costó meses incluso convencerla de que pasara la noche en mi apartamento cuando estábamos en la universidad. Meses.