❝The monsters were never
under my bed.
Because the monsters
were inside my head.
I fear no monsters,
for no monsters I see.
Because all this time
the monster has been me.❞
━━ metanoia series book 2
━━ remus lupin x fem! oc
━━ original de casually
━━...
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— capítulo catorce — SOLA PARA ENFRENTAR AL MUNDO
—
EL SERVICIO PARA Regulus Black fue hermoso. Es cierto que era pequeño ya que era con tan poca antelación y los Black querían barrer la muerte debajo de la alfombra. También estaba el hecho de que no querían que Remelda se perdiera la escuela durante su funeral, especialmente por cómo pensaban que había muerto.
Había una carta en la almohada de su cama explicando todo. Comenzó con Lo siento y terminó con sinceramente y ese fue el final de todo. Remelda pensó que su despedida era mucho más significativa, pero ¿desde cuándo a sus padres les importaba eso? Su madre había encontrado la carta y, con una mirada mordaz, la leyó en voz alta a los demás durante el desayuno. Ella nunca vaciló mientras leía, la voz nunca flaqueó ni lágrimas en los ojos, como si ni siquiera le importara. Y una vez que terminó de leer, se sentó y desayunó como si nada hubiera pasado.
Le tomó todo su autocontrol no llorar mientras su madre leía la nota, pero lo hizo porque tenía miedo de lo que sucedería si no se quedaba callada y actuaba como si esto no la afectara en absoluto. Ese día, después del desayuno, su padre la envió a su habitación, no es que le importara, y pasó todo el día allí. Kreacher no la invitó a almorzar, solo lo envió a su habitación después de las órdenes de su madre. Y ella se sentó en su habitación todo el día, el disco sonando muy suavemente, y miró por la ventana que tenía.
El disco, sí, era de la música navideña, pero se aseguró de silenciarlo cuando sonó esa animada que escuchó cuando regresó la noche anterior. No podía soportar escucharla. Pero, en su tristeza, miró por la ventana. Mañana era Navidad, lo sabía, y la gente de afuera se veía tan alegre. Estaban radiantes de alegría y Remelda no pudo evitar sentir celos de ellos. No habían perdido a un hermano, no habían perdido a alguien que amaban - eran felices.
Y la Navidad fue terrible. Siempre era terrible, lo único bueno que venía al final del día era cuando ella y Regulus se colaban en la habitación de Sirius e intercambiaban regalos. Incluso después de que él se fue, la tradición continuó con Regulus viniendo a su habitación. Pasarían toda la noche juntos, sosteniendo sus preciados regalos con ojos llenos de asombro, curiosos por saber cómo era esta festividad para los demás. Pero siempre lo pasaban juntos, y por una vez estuvo sola durante ese día.
Pasó la noche sosteniendo el regalo que le compró a Regulus hace meses. En su primer viaje a Hogsmeade encontró el regalo perfecto. Es cierto que probablemente ni siquiera era el mejor, pero pensó que era perfecto. Era solo un kit con materiales de escritorio porque siempre parecía estar escribiendo si no estaba leyendo y siempre parecía necesitar más plumas - más de alta calidad con diferentes puntas para tener diferentes formas, algo que él llamaba 'caligrafía', un término que usaban los muggles. Remelda no lo entendía mucho, pero sabía que él lo amaba y eso era suficiente para ella.
