⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟬𝟭 ❜

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JeongIn apagó su alarma cuando esta comenzó a sonar justamente a las 6 de la mañana.

Se levantó con mucha lentitud y se miró fijamente al espejo que tenía en frente de su cama, se miró de pies a cabeza.

Pero mira qué pena das.

Eres feo.

No le importas a nadie.

Nunca conseguirás un alfa.

Ni siquiera un beta te va a querer.

Vaya olor tan desagradable que te cargas.

Vas a morir solo.

Cuando menos te des cuenta, todos y cada uno de tus amigos te abandonaran.

Las lágrimas empezaron a llenar los ojos de JeongIn, entre más se decía, más dolor sentía en su pecho.

El sonido de la puerta siendo abierta hizo que el castaño saliera de su mundo y se limpiara las lágrimas con rapidez.

— Oh, que bien, ya estas levantado, bebé. Alístate, ¿sí? — dijo Young Mi, una de sus dos madres.

— Sí, mamá. — respondió con un tono apenas audible, no quería que se le entrecortara la voz.

La alfa de edad media le sonrió antes de dejar la habitación.

JeongIn sonrió con tristeza, pues su madre era la única alfa que podía aguantar su aroma. No sabía si le gusta, pues nunca se lo había preguntado, pero al menos lo soportaba. De hecho, JeongIn nunca le contaba nada a sus madres, Young Mi era algo despistada y Hye, su madre omega, no estaba mucho tiempo en casa, ella era fundadora de la academia de defensa personal especializada en omegas, así que siempre necesitaba estar allá. Su madre alfa trabajaba desde casa, así que convivían mucho, pero aún así Jeongin no podía decirle lo que sentía, no quería preocuparla, ni a ella ni a Hye.

Se levantó de su cama y se dirigió a su cajón de ropa, tomó unos jeans y una sudadera gris, lo ideal para pasar desapercibido. Al terminar de cambiarse, tomó el spray inhibidor y se roció todo el cuerpo, pudo sentir como su aroma disminuía.

Se miró por última vez al espejo, tomó su mochila y bajó a la cocina donde Young Mi estaba tomando un café.

— ¿Tienes hambre, Innie? - el menor negó con su cabeza y le regaló una sonrisa.

La alfa se levantó de la mesa y besó a su hijo en la frente.

— Te pusiste tu inhibidor, ¿cierto?— preguntó la pelinegra. JeongIn volvió a asentir. — De acuerdo, pero no te pongas demasiado, ¿bien? El doctor dijo que era peligroso. Con que te pongas un poco en el cuello es suficiente. Así no puedo percibir tu bonito aroma, bebé.

— E-Está bien, mamá. No me pondré tanto. — dijo el castaño mintiendo, pues no le importaba si tanto inhibidor le hiciera daño, y si gracias a eso su aroma no volvía, para él estaría más que bien.

Su madre sonrió y lo dejó irse a la escuela. Cuando el omega abandonó la casa soltó un suspiro cansado. Ella sabía que JeongIn ocultaba muchas cosas, sabía que a él no le gustaba su esencia y en verdad quería ayudarlo, pero JeongIn no se abría. A veces Young Mi se sentía mal al pensar que su hijo no se abría con ella gracias a que era alfa. Cómo le gustaría que su esposa estuviera más tiempo en casa para poder ayudar a su pequeño retoño. No quería que nada malo le pasara.

◞♡°

Cuando JeongIn llegó a la escuela fue hacia su casillero para sacar los libros necesarios para las primeras tres horas de clase, ahí se encontraba Felix sacando también sus cosas.

— Hola, Innie. — dijo el pecoso sonriéndole.

— Hola, Felix. — JeongIn le devolvió la sonrisa.

— ¿Hiciste la tarea de ciencias? — el castaño asintió. — Muy bien... Sé que no te gusta que hable de tu aroma JeongIn, pero, ¿estás usando mucho inhibidor? No puedo percibir ni un poco de tu esencia. — preguntó algo preocupado, él notaba como JeongIn se incomodaba siempre que él y JiSung tocaban temas como sus aromas, las parejas y demás.

— Últimamente si... Mi aroma ha incrementado en estos días, y sé cómo molesta a muchas personas. — contestó, con voz decaída.

— JeongIn, sé que tu aroma es más fuerte que el de un omega promedio, pero tampoco debes taparlo todo. Los inhibidores causan mucho daño si se usan en exceso. En serio, créeme que tu aroma no es desagradable, es dulce, Jeonginnie, y cuando tu pareja predestinada llegué, él o ella amará todo de ti y eso incluye tu aroma. No hagas que tu esencia cambie. — dijo Felix agarrándolo de los hombros, y pudo ver como una lágrima se derramaba de los ojos de su amigo.

JeongIn inmediatamente le abrazó y susurró un gracias a Felix. Él y JiSung siempre intentaban subirle el ánimo y le recordaban lo importante y bonito que era. Sin duda estaba eternamente agradecido. La campana sonó y los dos amigos se fueron abrazados hacia su salón de clases.

Cuando abandonaron el corredor, Hwang HyunJin cerró la puerta de su casillero, el cuál estaba cerca del casillero del omega de aroma dulce.

Soltó un suspiró y se recargó en los lockers, él en verdad tenía un leve enamoramiento por el omega de preciosos hoyuelos y frenillos plateados, todo de él le gustaba, no podía encontrarle un solo defecto.

Sabía de la fama que tenía, que poseía un aroma muy empalagoso y abrumador, pero eso no le importaba al alfa, de hecho su aroma fue lo primero que le atrajo de Jeongin; en el momento en el que olió el chocolate mezclado con la miel y jazmín que emitía el menor, Hyunjin no se lo pudo sacar se la cabeza, y cuando menos se dió cuenta, se encontraba siguiéndolo a todos lados y preocupándose cada que veía al menor triste o decaído.

Justamente este día Hyunjin había notado que no podía percibir la dulce esencia del pelirrubio, eso lo puso muy inquieto pues sabía de sobra que ese aroma lo tranquilizaba.

Había escuchado su conversación entre él y el otro omega, tenía miedo de que Jeongin se hiciera daño. Necesitaba hacer algo.

— Hyunjin, ¿en qué piensas? Ya es tarde y tenemos clases. — la voz de su amigo, Seungmin, lo sacó de sus pensamientos.

— Lo siento, Seungmin, estaba pensando.

— En ese omega, ¿cierto? No entiendo por qué no le hablas. — dijo Seungmin con un toque de fastidio decorando su voz.

— No es tan sencillo...

— De hecho, sí lo es, pero mira, nunca entenderé a los alfas y omegas, son tan raros. Agradezco a la bendita luna ser beta.

Hyunjin solo soltó una pequeña risa ante el comentario de su amigo y lo tomo de los hombros.

— Andando, Seungmin, tú tienes clases y yo también. — dijo, el azabache aún con Jeongin en su mente, su amigo tenía razón, debería hablarle y quizás conquistar al bonito omega, le llevaría tiempo, pero lo lograría.

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1127 palabras.
Nanay.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 ー hyunin.Where stories live. Discover now