⌗𝗰𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟬𝟲 ❜

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Tres días después de la comida con las madres de Jeongin, Hyunjin recibió un mensaje de su parte.

Jeongin:
Hola Hyunnie :)
Perdón si te molesto, pero mañana tengo examen de cálculo y en verdad necesito ayuda.

El pelinegro solo pudo sonreír como enamorado y respondió.

Hyunjin:
Hola Jeonginnie, claro que te ayudo.
¿Quieres que vaya a tu casa ahora?

Jeongin le respondió igual de rápido.

Jeongin:
Si no es mucha molestia, si Hyunnie, por favor.

Hyunjin sonrió como estúpido.

Hyunjin:
De acuerdo, voy para allá :)

Hyunjin tomó su mochila, se arregló un poco su negro cabello y salió de su habitación con dirección a la puerta de su casa.

— ¿A dónde vas? — preguntó Bang Chan, sentado en el sillón.

— Con un... amigo, lo voy a ayudar. — se paró del sillón al escuchar eso.

— Voy contigo, ¿vas con el beta ese? — dijo Chan con mucho interés.

Ahm no, no voy con Seungmin. — respondió Hyunjin, un poco confundido y evaluando a su primo.

Ah... Entonces, diviértete. — dijo este volviéndose a sentar.

— De acuerdo... Nos vemos al rato, Channie hyung. — dijo Hyunjin aún confundido por el comportamiento de su primo.

Salió de su casa aun pensando en eso.

¿Pasó algo cuando Seungmin fue a dejar el videojuego?

¿Bang Chan le hizo algo a Seungmin o viceversa?

Diversas preguntas invadieron su cabeza hasta que llegó al hogar de la familia Yang. En verdad era una casa muy linda y pintoresca.

Tocó el timbre y espero a que le abrieran. La puerta fue abierta y un Jeongin con una tímida sonrisa fue lo primero que Hyunjin vió. También un dulce aroma lo invadió, era mucho más intenso de lo que Hyunjin acostumbraba a oler. Tal vez Jeongin por fin había dejado de sentirse inseguro sobre su esencia y estaba dejando de usar el inhibidor.

— Hola, Jeongin. — Hyunjin le sonrió.

— Hola, Hyunnie, pasa. — Jeongin se hizo a un lado y dejó pasar a Hyunjin.

Los dos subieron hasta la habitación del menor donde estudiarían, Hyunjin no veía por ningún lado a Moonbyul o a Youn. La casa estaba muy silenciosa.

— ¿Y tus madres, Jeongin? — el mayor preguntó dejando su mochila en el piso y sentándose a lado de Jeongin frente al escritorio.

— Oh, salieron. — respondió Jeongin, sacando su cuaderno de cálculo. — Creo que a cenar con algunos amigos o algo así. — el castaño se encogió de hombros y sacó su lápiz.

— Oh... De acuerdo. — dijo Hyunjin, tratando de quitar los pensamientos inapropiados que se estaban generando en su cabeza. Estar en la habitación con el omega y sin nadie más en casa era una situación muy sencilla de pervertir.

— Empecemos por favor, Hyunnie. — dijo el rubio viéndolo con una radiante sonrisa, mostrando sus frenillos.

Hyunjin se golpeó mentalmente al ver a su menor. ¿Cómo podía imaginar cosas pervertidas con ese chico que irradiaba ternura?

— Claro, Jeongin, ¿en qué tienes dudas?

— En todo, soy muy malo para esto y ya olvidé todo lo que vi en las últimas dos semanas. — respondió Jeongin haciendo un pequeño puchero.

Hyunjin se derritió de ternura al verlo así.

— Entonces, repasemos todo. — dijo Hyunjin, tomando entre sus manos el cuaderno del menor.

Jeongin simplemente asintió y centró toda su atención en la explicación del alfa, o al menos eso intentaba, pues extrañamente el aroma del mayor se había vuelto aún más de su agrado. Hacía que sus mejillas se calentaran y se deleitara.

El menor no había tomado en cuenta que su celo estaba por llegar muy pronto. Lo había olvidado por completo y todo gracias a Hyunjin, pues últimamente no podía dejar de pensar en el alfa.

Después de una hora y media, Jeongin suspiró con alivio y se recargó sobre la silla. Por fin habían terminado, y aunque el omega se distraía por el aroma del mayor de vez en cuando, pudo entender absolutamente todo de lo Hyunjin le había explicado.

La última hora y media también había sido muy complicada para Hyunjin, pues con cada minuto que pasaba el aroma del menor se dificultaba y provocaba que el alfa se distrajera y por momentos lo hacía olvidar todo lo que sabía de cálculo.

— Bueno, por fin terminamos, Jeongin. — dijo Hyunjin, viendo al menor y notando que sus mejillas estaban más rojas que de costumbre.

— Sí, en serio gracias. No sé qué hubiera hecho sin ti. — dijo el castaño, regalándole una sonrisa a Hyunjin. Este se la devolvió y comenzó a guardar sus cosas.

— No es nada, Jeongin, somos amigos y los amigos se ayudan. — Hyunjin le sonrió antes de cerrar su mochila. — ¿Podría ir a tu cocina por un vaso con agua?

— Por supuesto, Hyunnie. — dijo el menor. — ¿Me traerías uno a mí también?

— Claro. — dijo el mayor parándose para ir a la planta baja.

— Gracias. — respondió el omega, soltando otra sonrisa.

Hyunjin se la devolvió y abandonó la habitación. Cuando llegó a la planta baja, suspiró con alivio. La dulce esencia de Jeongin estaba inundando todo su sistema, era muy fuerte y deliciosa.

Llenó dos vasos con agua y hielo y comenzó a subir las escaleras.

Conforme subía, el dulce aroma volvía a invadir sus fosas nasales. Soltó un gruñido cuando la sintió aún más intensa, pudo sentir presión en sus pantalones y los nervios lo invadieron.

Tal vez...

Muy probablemente...

Jeongin había entrado...

Hyunjin abrió la puerta lentamente y lo que sus ojos presenciaron hizo que la presión de su pantalón se intensificará hasta el punto de doler y que su respiración se hiciera más rápida.

El omega estaba tirado en la cama con sus ojos cerrados moviendo sus caderas en busca de fricción con su colchón mientras gemía y jadeaba. Su rostro estaba comenzando a sudar y sus mejillas estaban más rojas que nada.

El olor a lubricante llegó a la nariz del alfa y tragó saliva. Jeongin por fin abrió los ojos y volteó a ver a Hyunjin con un brillo especial en sus ojos.

— H-Hyunnie... — dijo el omega haciendo más rápido el movimiento de su cadera. — Ven aquí... Por favor...

En celo... Jeongin había entrado en celo.

Y al parecer Hyunjin también.

◞♡°

1012 palabras.
Nanay.

𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐂𝐄𝐍𝐓 ー hyunin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora