Capítulo 11

1K 86 559
                                    

Corría a toda velocidad con ese paraguas en sus manos, ella estaba preocupada, mucho en realidad.

Apenas recibió aquel mensaje de su mejor amigo no dudo en correr, ni si quiera le importo la tormenta, no le importo absolutamente nada con tal de estar ahí para el que consideraba su hermano.

A lo lejos lo vio, sentado en el borde de la calle dejando que toda la lluvia cayera sobre sus hombros.

Esa escena le partió el corazón.

De repente el joven dejó de sentir las gotas frías de la lluvia de Paris, en cambio, levantó la mirada reconociendo al instante ese par de rubíes quienes lo miraban preocupado.

Sin pensarlo dos veces abrazo a su amiga.

Estaba mal, muy mal, tenía el corazón roto, en pedazos, se sentía inútil, y muy estupido.

Se sentía roto; quería tirar todo a la borda, lloraba en el hombro de la rubia, la apegaba a su cuerpo, sollozaba mientras la lluvia caía en ambos.

— Emma...— susurró con la voz rota — te necesito...

— Aquí estoy, siempre estaré aquí.

Ella aunque trataba de sonar tranquila, estaba molesta, muy molesta, sentía impotencia de ir directo a la casa de aquella castaña y reclamarle por haber roto el corazón de Zack, quien era para ella el chico más fantástico del mundo.

Cuando recibió el mensaje con aquellas palabras, gritó a su almohada maldiciendo a aquella chica, cosa que segundos después se arrepintió, pero eso no quitaba su furia o enojo.

"Emma, Lidia me ha engañado, por favor, te necesito"

Después de mucho rato abrazados, la rubia tomó el paraguas protegiéndolos a ambos para ir a aquel lugar que solo ellos conocían, a su lugar especial.

Una pequeña casa del árbol que sus padres habían construido para ellos, iban ahí casi siempre, cuando querían estar solos, cuando solo querían disfrutar un poco de lo lindo de la vida.

No estaba tan lejos, al contrario, esa casa estaba cerca, la cuestión es que solo los sabían el camino, subieron las pequeños tablas de madera y con ayuda de las ramas subieron y se refugiaron en esa pequeña casa.

Había todo de lo que ellos pudieran necesitar, ropa extra, mantas, comida, en serio podrían vivir ahí de así quererlo.

— ¿Quieres galletas? — pregunto la rubia una vez terminó de secarse — Se que las oreos son tus favoritas y...¿Zack?

Una vez más escucho un grito desde su garganta, empezó a llorar nuevamente abrazándose a sí mismo.

— ¿P-Por qué...? — preguntaba — Y-Yo la amo...Emma ¿que hice mal?

Ella solo lo abrazó, le servía a ambos, ella lo confortaba, y él no notaría que ella también lloraba.

— Nada...eres todo lo que una chica podría desear, todo y mucho más, ella es quien no te valoro...— susurró abrazada a su cuello — Zack, eres fantástico, en todo el sentido de la palabra, inteligente, valiente, leal, amoroso, tocas la guitarra genial, das todo de ti, y amas de la manera más pura posible...

More than just a friend [MLB] #2 ✔︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora