💀Capítulo X | El Esbirro💀

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Caminaba por un lúgubre escenario, solo escuchaba los tacones golpear el suelo y una versión distorsionada de la canción que mamá y papá bailaron en su aniversario

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Caminaba por un lúgubre escenario, solo escuchaba los tacones golpear el suelo y una versión distorsionada de la canción que mamá y papá bailaron en su aniversario. Era extraño todo lo que estaba pasando, ¿Acaso me había vuelto loca? ¿O el cine estaba jugando con mi mente otra vez?

— Eres un monstruo, eres un monstruo.... —decían las voces de los fantasmas de las víctimas como para hacerme sentir culpa. Ilusos. Yo no sentía culpa por nada.

Frente a mí un rastro de camelias rosas me indicaba la salida: un rectángulo blanco que se abrió de entre el fondo negro. Seguí el rastro y al atravesarlo volví al cuarto, la abertura que crucé fue el casillero que me trajo de vuelta a mi realidad (lo supe porque la base de la cama no tenía colchón). Reparé en que en una mano traía el arma homicida: el hacha de incendios.

El fantasma me daba la espalda con una mano levantada y, sobre ella, la cabeza decapitada de Manolo.

— La vida no es justa, ¿No es así? Tu mismo lo dijiste, Manolo —le decía a la cabeza —. El mundo del cine es una industria cruel. Las estrellas brillan y luego se apagan, y creo que tú te apagaste de la peor manera.

Dejó caer la cabeza que fue tragada por la oscuridad devoradora de cuerpos. Inhaló, exhaló y volteó a verme. Evidentemente, ya no portaba la máscara lo que me permitió apreciar su verdadero rostro... ese rostro familiar... era el mismo de aquel chico... claro, él era Gerardo o, bueno, su fantasma.

— Hola, Gianna, ¿Te divertiste en tu viaje por mis memorias?

— Dímelo tú, Gerardo Revueltas.

— Ay, ese nombre. Hace tiempo que no lo escuchaba. Me trae nostalgia, pena, sufrimiento, los amargos recuerdos de un imbécil destinado al fracaso que voló muy cerca del sol y se quemó.

— No me sorprende. Tenía mis sospechas, pero ya han sido aclaradas —el fantasma guardó silencio—. Así que ahora has venido aquí a hacerte la víctima conmigo, ¿Acaso me mostraste tu pasado para que sintiera lástima por ti?

— No. Fue para que te enteraras de mi trasfondo porque tenía la certeza de que muy en el fondo querías saberlo. No necesito dar lástima con eso.

— Sí, quería saberlo, pero tu trasfondo solo me hizo ver lo patético que eres. Además, quieres que haga el trabajo sucio, ¿No? Por eso me disté esto —le enseñé el hacha—. ¿Por qué no lo haces tú?

— Porque... quizás aún hay una pequeña parte de mí que sigue enamorada de Roxane. Es un tormento para mí intentar herirla.

— Ves. Eres patético, así de simple. Tú mismo te buscaste lo que te pasó y te lo mereces. Idiota enamorado te moriste e idiota enamorado serás para siempre.

Lo observé con indiferencia que logré intimidarlo. El fantasma bajó la cabeza, se encorvó, se llevó las manos a las sienes y nuevamente entró en crisis.

Mr. Penguin [COMPLETA]Where stories live. Discover now