💀Capítulo XI | Lo Que Fuimos💀

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Los fantasmas de las víctimas no me dejaron tranquila durante mi espera

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Los fantasmas de las víctimas no me dejaron tranquila durante mi espera. Me hostigaron para hacerme enloquecer:

— Eres un monstruo. Los monstruos no deben estar libres, los monstruos no deben ser amados, los monstruos... no deben estar aquí...

— ¿Soy un monstruo? —a mi mente vino todos los asesinatos de mascotas perpetuadas por mí. Desde un indefenso hámster que guillotiné con un cuchillo de cocina por no escoger el bocadillo adecuado hasta un gato y un perro que dejé encerrados en un armario, sin alimento, por tres semanas para probar si recurrían al canibalismo. Se destazaron entre ellos

Fungir de verdugo siempre me había sido una idea que me encantaba. Decidir quien vivía y quien moría era un poder que siempre quería tener, sus insignificantes vidas no eran más que un chiste para mí. Uno por uno caía y yo era el genocida autor de esa masacre.

Tus manos están manchadas con sangre. Con sangre de inocentes. A tus pies, una montaña de cuerpos te delata...

Eso último me hizo ruido y observé bajo mis pies, y lo pude apreciar, era espeluznante: una pila de cadáveres de mascotas cuyos ojos marchitos exigían venganza, querían que mi cabeza rodara para que sus almas pudiesen descansar en paz.

— Y eso, ¿Me convierte automáticamente en un monstruo?

Tu cinismo nos molesta... pero no eres el único monstruo no bienvenido aquí...

— ¿Quién más?

Esta a tu derecha...

Giré a mi derecha y aquello me tomó desprevenida: ahí estaba esa desprecible mujer, sentada en un trono y bajo ese trono, una pila de cadáveres de hombres de diversas edades, incluido el fantasma. Roxane fumaba un cigarrillo mientras su mirada retadora me observaba. Una segunda persona apareció y la cubrió con un abrigo de peluche. Era... ¿Clementina? ¿Qué hacía ella aquí? Se reverenció como los sirvientes de un líder de la mafia cuando están en presencia de él.

Roxane, he encontrado a nuestra próxima presa —le dijo Clementina a esa mujer—. Su nombre es Vittorio Bellucci, un acaudalado italiano que acaba de mudarse a Novoa y parece ser que Manolo ha hecho bien su parte del trato: lo ha contratado para un proyecto muy familiar para nosotras.

— Excelente, primita.

— ¿Prima?

Clementina se despidió de ella y su silueta, el viento se la llevó siendo solo un recuerdo que el pasado me mostró. Roxane hurgó entre los cadáveres hasta sacar el que correspondía a Gerardo, lo tomaba de la cabeza y lo sostuvo en el aire.

— Oh, querido Gerardo. Parece que tu reemplazo ha llegado y el reemplazado de todos ustedes —hizo alusión a los cadáveres bajo sus pies—.  Todos lo que alguna vez me amaron... —Roxane se rio a carcajadas y arrojó el cuerpo de Gerardo próximo a mí con su rostro lleno de pena, pidiendo a gritos que acabara con su tormento.

Mr. Penguin [COMPLETA]Where stories live. Discover now