Capitulo 40

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En un lugar desconocido, y dentro de un cuarto oscuro, se encontraba el cuerpo débil de Sunhee.

Se encontraba amarrada en una cama, con el rostro ensangrentado a causa de los golpes que le había propinado Gustav en un intento de "tranquilizarla", dejándola así, inconciente.

Despertó poco a poco, abriendo sus ojos lentamente.

—Mi... mi cabeza... —cerró inmediatamente sus ojos al percatarse del dolor que la aquejaba, pero no tardó ni un minuto en volverlos a abrir —. Dios... ¿en dónde estoy? —su respiración comenzó a agitarse, presa del miedo, al darse cuenta que sólo unos pocos rayos de luz se lograban filtrar en ese cuarto.

Intentó mover sus brazos, pero casi al instante se dio cuenta de que sus manos estaban atadas.

—¡No! ¡No! —las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, mientras un escalofrío, junto con un temblor, recorrió su cuerpo al recordar lo que había pasado.

—¡No! —volvió a gritar con desesperación —. ¡Ayúdenme! ¡Jungkook!

Intentó safarse con todas sus fuerzas, pero era inútil, y más porque cada movimiento le provocaba un dolor imperdonable porque Gustav había apretado exageradamente los vendajes con los que la sujetaba a la cama.

—¡Jungkook! ¡Ayúdame! ¡Kook!

—¡Jungkook, Jungkooook! —la imitó de manera burlona Gustav.

—¡Eres un maldito! ¡¿Por qué me haces esto?!

Pero él sólo se echó a reír con malicia.

—Por favor, Gustav, te lo suplico... déjame ir... Por favor...

Gustav paró su risa en seco, para después mirarla fijamente.

—Sunhee, preciosa... —se acercó a ella para subirse en la cama y posicionar sus rodillas a cada lado del cuerpo de ella, pegando su rostro tanto como pudo al de Sunhee —... quizás. Aún no estoy seguro.

—Por favor... —susurró con voz débil.

Gustav rozó sus labios contra los de Sunhee.

—Si te dejo libre... irás corriendo a denunciarme, y eso, preciosa, no lo voy a permitir.

—Gustav, por favor, déjame ir. Tengo una niña... ¡ella me necesita! —gritó con desesperación al recordar a su pequeña Nikki —. ¡¿Por qué haces esto?!

Gustav tomó su rostro con fuerza, girándolo para que sus miradas se encontraran.

La vio con un profundo odio y rencor.

—¿Que por qué? —sonrió sínicamente —. Déjame aclararte la memoria —apretó aún más su agarre en el rostro de Sunhee, provocando que ella llorara más fuerte —. ¿Recuerdas nuestro pequeño encuentro hace algún tiempo? Eh, ¿lo recuerdas?

Sunhee emitió un grito ahogado, cerrando los ojos con fuerza mientras sollozaba de miedo.

—¡Tu maldito novio me hizo quedar en ridículo! Quería hacerlo pagar por lo que me hizo, pero mi padre no me dejó —admitió con rabia, como si recordara ese momento que había pasado con su padre —. ¿Y sabes por qué no me lo permitió?

—Suéltame, por favor...

—Porque prefirió los malditos negocios de su querido John. ¡¿Te das cuenta?! ¡Prefirió el dinero que la dignidad de su propio hijo!

—¡Maldito! ¡Todo fue por tu culpa! ¡Tú fuiste el que me...!

Gustav la cacheteó con todas sus fuerzas, haciendo que su labio inferior volviera a sangrar.

Sabor a ti - Jungkook [+18] ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora