cap.VII

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~Colin Creevery~

Electra's POV

Recargué la cabeza en mi mano mientras una sonrisa burlona se formaba en mis labios.

Desde el accidente de los duendes de Cornualles Lockhart no había vuelto a traer seres vivos a clase y se dedicaba a recrear escenas de sus pasajes con la ayuda para nada voluntaria de Potter.

Era bastante entretenido para mi ver cómo el chico se sonrrojaba cada vez que mi mirada conectaba con la suya.

Por fin acabó la clase, me dirigí hacía la Biblioteca con el permiso de Snape en la mano.

-Buenos días- saludé amablemente a la mujer que miraba unos pergaminos en el mostrador.
Me devolvió el saludo y le tendí el trozo de Pergamino firmado.

-¿Snape está seguro de que es conveniente darte ese libro? - preguntó sorprendida leyendo el título.

Era un libro de magia negra, pero sólo quería informarme, se que papá perdió la cabeza por esa magia, pero yo ya la había perdido y no había intentado atentar contra el mundo mágico.

Suspiré resignada viendo como la señora arrugaba el Pergamino ante mi y me alejé de allí.

Me senté en una mesa al fondo, leyendo por décima vez mi libro favorito de espiritismo y rituales.

Ese libro había sido lo que me había permitido intentar contactar con papá a través de objetos como la ouija pero todo había sido inútil.

Eso me sirvió para confirmar las sospechas de que no está muerto.

Bueno, Voldemort no está muerto.

Pero yo no quiero a Voldemort de vuelta, quiero a papá de vuelta.

Una insistente mirada me sacó de mis pensamientos.
Cerré mi libro y el diario de cuero negro buscando a mi distracción y pude visualizar a Colin Creevery mirándome desde la puerta.

Me levanté dirigiéndome hacia él despacio. Cuando se percató de ésto se dió la vuelta asustado, rápidamente lo tomé del hombro.

-Ey- hablé con voz suave aunque no relajé mi expresión -¿necesitas algo? -

Él me miró unos segundos antes de mirar de nuevo a la Cámara que tenía entre las manos.

-no lo entiendo- susurró, ladeé la cabeza sin entender -no entiendo porque quien-tu-sabes hizo eso- bajé la mirada sin saber que responder -Tú no eres como él- dijo convencido.

-¿quieres dar un paseo? - me miró sorprendido -puedo acompañarte a un par de sitios poco conocidos que debes fotografiar, a tus padres les encantarán- sonreí un poco.

Asintió emocionado sosteniendo con más ansias la Cámara.

-Hola Alya- la sonrisa se borró de mi cara al oír aquella voz.

-Potter- saludé secamente -¿que se te ofrece? - él me miró ladeando la cabeza como un perrito abandonado, malditos James y lily Potter, ¿por que tenían que tener una cosa tan Mona?

Una sonrisita se formó en el rostro de Potter, una sonrisita traviesa.

De pronto me rodeó con sus brazos sin darme tiempo a reaccionar.

-Te espero en el partido- susurró en mi oído antes de separarse e irse tras Hermione y Ron.

Volví mi visita a Colin que sonreía ilusionado.

-¿vamos? - el asintió aún con la mirada llena de emoción.

-A veces las personas hacen cosas malas porque han tenido vidas malas -comencé a explicar mientras lo acompañaba a la torre de Gryffindor.

El me miró interesado.

-Vold... Quien-tu-sabes- rectifiqué en el último momento -no tuvo buena infancia y cuando entró a Hogwarts se dejó llevar por tipos de magia malos, acabó teniendo ideas erróneas sobre quienes deberían usar magia y quienes no... - decirlo me hacía más consciente de en que se había convertido papá.

-Tú no eres como él- afirmó Colin.

Sonreí amargamente recordando mi vida en Azkaban.

-¿Sabes? Deberías estar en Gryffindor- aseguró.

-¡¿que?! - aguanté las ganas de reír, la gente tenía la vista puesta en mi y no era momento de destrozar los muros de indiferencia que me protegían.

Nos detuvimos ante el retrato de la señora gorda.

-Eres muy valiente, te enfrentas a todos los que te desprecian sin conocerte, no cualquiera tiene el valor de caminar por un sitio en el que te juzgan sin saber con la cabeza en alto como tú- se acercó y me dio un rápido beso en la mejilla.

-¡Gracias Alya!- y desapareció por el retrato que se abría dando paso a los gemelos.

-te dijimos que no todos te odiaban- dijeron al unísono antes de irse escaleras abajo.

O ChildrenWhere stories live. Discover now