cap.XII

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~Tattoos~

La doble agresión contra Justin y Nick
Casi Decapitado convirtió en auténtico
pánico lo que hasta aquel momento habí
a sido inquietud. Curiosamente, resultó
ser el destino de Nick Casi Decapitado
lo que preocupaba más a la gente. Se
preguntaban unos a otros qué era lo
que podía hacer aquello a un fantasma;
qué terrible poder podía afectar a
alguien que ya estaba muerto. La
gente se apresuró a reservar sitio en
el expreso de Hogwarts para volver a casa en Navidad.
—Si sigue así la cosa, sólo nos
quedaremos nosotros —dijo Ron a
Harry y Hermione—. Nosotros, Malfoy,
Crabbe y Goyle. Serán unas
vacaciones deliciosas - reiteró con sarcasmo.
-Y Electra también- se apresuró a añadir Harry - Por cierto, ¿La habéis visto? - Hermione sonrió enternecida por la preocupación del chico hacia la Slytherin.

Harry estaba contento de que la
mayor parte de la gente se fuera, pero poco a poco la preocupación se adueñaba de él al no ver a la causante de sus sonrojos estúpidos caminando por los pasillos con pose segura y la cabeza en alto.

A su vez, staba harto de que se hicieran a un lado cuando circulaba por los pasillos, como si fueran a salirle colmillos o a escupir veneno; harto de que a su paso los demás murmuraran, le señalaran y hablaran en voz baja.

Fred y George, sin embargo,
encontraban todo aquello muy divertido.
Le salían al paso y marchaban delante
de él por los corredores gritando:
—Abran paso al heredero de Slytherin, aquí llega el brujo malvado
de veras... - y si no fuera porque la pelinegra casi los hechiza por ello, harían lo mismo con Electra.

Percy desaprobaba tajantemente este
comportamiento.
—No es asunto de risa —decía con
frialdad.
—Quítate del camino, Percy —decía
Fred—. Harry tiene prisa. -
—Sí, va a la Cámara de los
Secretos a tomar el té con su
colmilludo sirviente   —decía George,
riéndose.

Ginny tampoco lo encontraba divertido.
—¡Ah, no! —gemía cada vez que
Fred preguntaba a Harry a quién
planeaba atacar a continuación, o
cuando, al encontrarse con Harry,
George hacía como que se protegía de
Harry con un gran diente de ajo.

A Harry no le importaba; incluso le
aliviaba que Fred y George pensaran que la idea del heredero de Slytherin
era para tomársela a guasa.
Pero sus payasadas parecían enervar a Draco Malfoy, que se amargaba más cada
vez que los veía con aquel pitorreo.

—Eso es porque está rabiando de
ganas de decir que es él —dijo Ron
sentenciosamente—. Ya sabéis cómo
aborrece que se le gane en cualquier
cosa, y tú te estás llevando toda la gloria
de su sucio trabajo. -

—No durante mucho tiempo —dijo
Hermione en tono satisfecho—. La
poción multijugos ya está casi lista.
Cualquier día revelaremos la verdad
sobre él.

Por fin concluyó el trimestre, y sobre el
colegio cayó un silencio tan vasto como
la nieve en los campos. Sin embargo la pelinegra llevaba semanas desaparecida.

Amaneció el día de Navidad, frío y
blanco. Hermione despertó temprano a
Harry y Ron, los únicos que quedaban
en aquel dormitorio. Iba ya vestida y
llevaba regalos para ambos.

Harry se incorporó colocandose las gafas y la miró.

-¿Donde está ella? - soltó por fin lo que llevaba días pensando.

Hermione resopló sonriendo.

-Luego puedo llevarte a ver tu Julieta, Romeo- comentó divertida, a lo que Harry asintió repetidamente sin prestar atención a la pequeña broma.

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