-Aléjate, James.
-Te quiero. -Intento acercarme a ella, pero niega y retrocede.
-Olvídalo, entre nosotros no puede haber nada, entiende de una buena vez. -Su voz se escucha como un tempano de hielo.
-Podemos luchar juntos. -A mi velocidad sobrehuma...
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McCarthey me mira con burla, las ganas de partirle hasta la cara aún siguen presente.
—¿Qué harás, James? —Sonríe con sorna—. ¿Matarme porque perdiste, o vas a matarme porque te dije hijo de papi?
—Cierra la boca, imbécil —hablo de forma despectiva. Avanzo dos pasos peligrosamente hacia él, pero de repente veo a Virginia en medio de los dos.
—Basta. —Toma las manos de Adrián. —Vámonos. —Él asiente sonriendo y ambos se montan a la motocicleta para después irse.
¿Cómo puede ser posible de qué Virginia esté con ese imbécil? Todos los presentes me miran expectantes a lo que pueda hacer, en ese momento llega Mick.
—Relájate —dice colocando la mano en mi hombro y apretando levemente. —Siempre hay una primera vez para todo, no todas las veces se gana. —Fulmino y descuartizo a mi amigo con la mirada.
Yo no sé el significado de la palabra "perder" y no me resigno a que he perdido la carrera. No lo quiero aceptar, me niego a aceptarlo; Michael alza las manos en señal de inocencia.
No digo nada, enciendo la motocicleta con la intensión de salir de allí, pero Lorena se coloca en medio de mi camino.
—Llévame contigo —suplica haciendo pucheros.
Asiento, ella de inmediato se sube y me abraza con fuerza como si su vida dependiera de ello. Minutos después estaciono la moto frente a la casa de la rubia, ella se baja y la veo que muerde su labio.
—¿Qué piensas? —pregunto tomándola por la cintura y acercándola a mí.
—Quiero que me hagas tuya —murmura con las mejillas sonrojadas.
— ¿Tus padres están? —Niega lentamente. —Perfecto. —La halo por el brazo y la llevo con rapidez para que abra la puerta.
Ya adentro, la comienzo a besar con desesperación, en lo único que pienso es hacerla mía una y otra vez.
A mi velocidad sobrehumana la llevo hasta la cama y comienzo a desvestirla hasta dejarla solo en sostén y bragas, noto como sus pupilas se encuentran dilatadas a causa de la excitación.
Agarro sus manos y las coloco a cada lado de su cabeza, quedo en medio de sus piernas para luego acercar mi boca a su cuello.
—Muérdeme, James... —Gime al sentir que succiono su piel. —Muérdeme, por favor.
—¿Qué sientes cuando te muerdo? —La miro fijamente a los ojos.
—Me gusta el dolor y la excitación que siento. —Acaricio sus mejillas —Es algo que no logro comprender.
—Otras en tu lugar, estarían huyendo, en cambio tú, desde que te mordí la primera vez, te gustó. —Frunzo el ceño mirándola confuso.
—Estoy contigo porque te quiero, no porque me tengas amenazada, lo que pasa es que yo sé que no te gustan los compromisos. —Besa mi barbilla, hasta subir a mis labios. —Y me gusta que me des mi espacio.
