Capítulo 8 "¿Qué son todos ustedes?

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Escuché bien, mi madre dijo que Virginia vino a visitarme. Para ser realistas esto se me es muy extraño. Ella nunca se ha preocupado por mí. Asiento y ella sale de la habitación.

Me miro al espejo y cambio mi camisa por una con la que se me marcan más los músculos, cuando voy a abrir la puerta para llegar al salón, mi vista se posa en Virginia. Ella se encuentra vestida con un vestido rojo a mitad de sus muslos, su hermoso cabello rubio lo tiene recogido en una coleta.

Esta mujer me vuelve loco, sin percatarme fijo mi vista en sus delicioso y apetecibles labios, parecen una cereza. Me dan ganas de morderlos, de besarla hasta cansarme.

¿Cómo puede esta chica gustarme tanto?

Aún recuerdo cuando la vi por primera vez, estaba jugando fútbol cuando ella llegó con sus compañeras de clases a mirar el partido, su solo sonrisa logró atraparme. Eso me enloqueció. Supe que ese era su primer día en el instituto hace un año aproximadamente, estaba reciente el acuerdo pactado entre las dos especies.

Cuando me acerqué a ella supe de inmediato que eso era algo imposible puesto que ella es una mujer loba. Nunca averigüé el porqué de su llegada aquí. No sé si tiene familia, pues..., en el pueblo vive con su amiga Amber.

-Hola, James. -Saluda con una sonrisa. -¿Puedo pasar? -Pregunta mirando hacia el interior de la habitación.

-Sí, por supuesto. -Me hago a un lado para que ella pueda entrar.

Veo como se dirige hacia unos libros que tengo en mi escritorio. Muerdo mi labio al ver sus perfecto y lindo trasero, siento la necesidad de darle una nalgada. Y ni hablar de sus curvas, ese diminuto vestido le queda perfecto.

-¿Te gusta leer? -Toma el libro de Cumbres borrascosas.

-Muy poco la verdad. -En realidad no pierdo mi tiempo leyendo, tengo ese libro porque mi madre me lo regaló.

-Ah. -Dice, deja el libro en su puesto y veo que se sienta en un sillón. -Supe lo que te pasó. ¿Cómo te sientes? -Inquiere colocando sus manos en su regazo.

-Estoy mucho mejor. -Le dedico una sonrisa, veo que ella sonríe y ladea la cabeza, muerde su carnoso labio provocándome para que la aprisione contra la pared y la bese.

-Me alegra. -Se pone de pie. -Es un milagro que aún esté con vida. -Frunzo el ceño. -Soy loba, y estoy en una mansión de vampiros.

-Si sabes que estarías en peligro, ¿por qué viniste? -Pregunto mirándola fijamente.

-Aunque no lo parezca, me preocupo por ti. Y honestamente, no me importa si tus padres me hacen algo, ya sé que estás bien. -La intensidad de su mirada, me deja petrificado.

-Jamás dejaría que algo te pase, y mucho menos estando en la mansión -noto un brillo en sus ojos pero ella desvía la mirada, y hace un gesto con la mano restándole importancia.

Odio su indiferencia. Odio que sea tan fría. Odio que sea así conmigo. Suelto un suspiro y me cruzo de brazos esperando a ver que más va a decir.

-Bien, ya me voy. -Murmura, asiento. Me dirijo a la puerta y la abro para que ella salga.

Vamos por el pasillo cuando veo que abren una puerta. Me quedo mirando a Mandy, ella me sonría tímidamente, pero de repente su rostro cambia radicalmente. Pero... ¿Qué le pasa? Su cuerpo se tensa y logro ver como se cristalizan sus ojos.

Puedo ver la angustia y el temor en sus ojos, sin previo aviso ella me abraza con fuerza.

-Ell..., ella está aquí. -Su voz sale en un susurro poco audible y tembloroso. Y entonces entiendo lo que le pasa.

Deseo prohibido |+18|Where stories live. Discover now