Final.

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–¡Harry, corre! –grito emocionado Louis.

–Es tampa –el niño de ahora se tiro en el suelo con sus brazos haciendo un berrinche.

Niall que miraba la escena divertido desde un banco de la plaza no pudo evitar reír. Harry estaba todo sudado y cansado de tanto correr detrás de él.

–Neill –grito Harry–. Dile que es tampa –lo miro haciendo un puchero.

El rubio se acercó hasta él y lo abrazo. El rizado era el consentido de todos.

–¡Louis! –regaño a su amigo en broma–. ¡Deja al bebé en paz!

–¡Él es mi bebé! –Llego corriendo el castaño–. Harry es mi bebé –volvió a repetir–. ¿Verdad que si, Hazz?

Harry sonrió ante eso.

–Sí, soy su bebé, Neill –hablo tiernamente.

–¿Y que eres mío? –pregunto triste el rubio.

–¡Soy tu osito! –grito emocionado.

–¡Sí!

Siguieron jugando. Louis encontró un pote con el cual simulaban era una pelota de futbol. Habían momentos donde Harry y el castaño se deprimían porque extrañaban a sus familias ¿Y es que a esa edad quien no? Pero habían entendido que estaban perdidos y lo más probable es que nunca los encontraran.

–Estoy cansado –comento con cansancio el rubio–. Hay que bañarnos.

Todos asintieron de acuerdo. Se dirigieron a la fuente que quedaba un poco alejada del paso centrar por donde andaban las personas. Se quitaron toda su ropa y quedaron solo en bóxer.

Empezaron a lavar su ropa. Y cuando era lavar, significaba meterla en el agua muchas veces y luego ponerla a llevar sol para que se secara.

Los tres lograban vestirse con la ropa que llevaban en la mochila el día que Louis y Harry se escaparon.

Se metieron con bóxer y comenzaron a mojarse por todo el cuerpo.

El castaño como buen mejor amigo lavaba el cabello del rizado así solo fuera con agua. Los tres salieron y se cambiaron a unos bóxeres limpios. Por suerte tenían varios.

Se vistieron y se acostaron en una grama que estaba allí cerca. Decidieron tomar una siesta mientras esperaban que su ropa se secara.

–¿Lou, te canto? –susurro Harry.

–Claro que sí, bebé –comento–. Sabes que sin tu voz yo no puedo dormir.

El rizado comenzó a tararear la canción pero fue interrumpido por el rubio.

–¿Osito? –Harry rio ante el apodo. Louis gruño en protesta–. ¿Por qué siempre cantas?

–Si yo no canto Lou no dueme. Po eso sempe canto, Neill.

–Harry es mi salvación para poder dormir.

Louis le explico todo detalladamente al rubio que luego de un momento había entendido.

El rizado empezó a tararear de nuevo la canción. Esta vez Niall también escuchaba, en verdad la voz de Harry era relajante.

Louis comenzó a quedarse dormido. Pero antes de lograr hacerlo sintió unos labios sobre los suyos.

–Buenas noches, Lou –susurro inocente el pequeño y se acostó en el pecho de su mejor amigo.

Sonrió. Harry tenía la maña de hacer eso de un tiempo para acá. Y él no se lo negaría. Le devolvió el beso y quedo dormido.

Los tres despertaron casi que al mismo tiempo. Un trueno se había escuchado por todo el ambiente. Se pararon rápidamente antes de que la lluvia los alcanzara. Recogieron sus ropas que estaban fría gracias a la noche. Y se dirigieron de nuevo hacia el puente.

Una vez allí. No tenían nada que hacer. Niall se dedicó a dormir de nuevo, mientras Harry se quedaba sentado en el regazo de Louis.

Comenzó a peinarlo y darle besitos por toda la cara.

–Tienes que portarte bien, Tobby –Hablo Harry mientras hacía muecas con su cara.

–¿Quién es Tobby? –pregunto gracioso Louis mientras el rizado lo seguía peinando.

–Así se llamaba mi osito –contesto el pequeño como que si fuera la cosa más obvia del mundo–. Y ahora tú eres mi osito –rio ante aquello.

Un trueno mucho más fuerte se dejó escuchar asustando a Harry quien de inmediato abrazo a Louis.

–¡Ahhhhh! –grito Niall.

–¿Qué tienes? –Pregunto preocupado Louis mientras seguía abrazando al rizado en su regazo.

–Me dan miedo los truenos –dijo mientras sus ojitos se aguaban.

Louis como el mayor de todos le hizo señas a Niall para que se acercara. Este rápidamente corrió hasta donde estaba y se metió debajo del brazo que se extendía para esconderse allí.

(...)

–¡No puedo, Liam! –comenzó a llorar su esposo.

El castaño lo atrajo hacia donde estaba el brindándole un fuerte abrazo.

–¿Qué sucede, amor?

–No puedo estar aquí, cómodo. Mientras esos tres niños están allí afuera bajo esta tormenta.

Y es que la lluvia se había desatado. Había truenos repetidamente mientras las gotas caían.

–¿Quieres ir a buscarlos?

La cara de Zayn se ilumino y asintió energéticamente mientras agarraba su abrigo.

Liam amaba ver a su esposo feliz.

Al pelinegro se le partió el corazón al ver a los tres niños parados bajo el puente. El aguaba pasaba sobre sus pies.

–¿Están bien? –pregunto preocupado mientras se acercaba a ellos-.

–No –susurro Harry–. Tengo fio y toy todo mojado.

Louis lo tenía fuertemente agarrado de la mano mientras que con la otra agarraba al rubio.

–¿Y sus cosas? –pregunto al no verlas por ninguna parte.

–Se las llevo el agua –contesto triste Niall.

Liam llego por detrás de su esposo viendo la escena. Zayn tenía los ojos lloros. Harry temblaba del frio. Niall miraba hacia el piso. Y Louis se mantenía al frente. Como el mayor de todos.

Su esposo lo miro mientras las lágrimas ya corrían por sus ojos.

–Vamos a casa –susurro Liam mientras los abrazaba a todos.

Cántame {Larry Stylinson}Where stories live. Discover now