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—¿¡Ya empezó!? —preguntó un peliverde con signos de agitación.

Había corrido como si su vida dependiera de ello, fue como alma que lleva el diablo hasta la tienda más cercana para comprar algunas botanas y regresó de la misma manera casi rompiéndose la jeta al dar vuelta en una esquina.

Por suerte no pasó a mayores.

—Todavía no —contestó el rubio observando las cosas que el otro traía en los brazos. —¿Trajiste lo que te pedí?

Izuku se adentró aún más a la habitación de su compañero para tomar asiento en la cama del de actitud explosiva, dejó todo lo que había comprado (con SU dinero) sobre el colchón.

Tomó la bolsa de color amarillo y se la extendió a Bakugo que solo frunció aún más el ceño.

—¿No le pusiste salsa?

Midoriya dio un último respiro antes de hablar.

—Por las prisas olvidé que querías salsa picante en tus papitas que claramente ya son picantes. —dijo con ironía.

—¿Tienes algún problema con ello? —dicho eso le arrebató el snack picante. —Ni un maldito favor puedes hacer bien, inútil cabeza de árbol.

Ante aquel insulto el pecoso no pudo evitar abrir la boca ofendido, él que se atrevió a ir de a rápido a la tienda e invitarle unos Cheetos y una soda a su compañero que le había aventado el control remoto a la cabeza y así es como Katsuki le paga.

Se dice gracias, Kacchan mal agradecido, pensó el peliverde dolido.

—Que malo eres, además, el picante hace mal a tu estómago.. y más si es de botella. —comentó a la par que tomaba sus Sabritas sabor crema y cebolla. —No deberías excederte con tu consumo de picante o podrás desarrollar gastritis.

—Oblígame Deku de mierda.

El mencionado tan solo rodó los ojos ante la terquedad del muchacho de iris rojas.

Y bien, ¿no que Izuku se iría en el primer corte comercial? Bueno, el explicar cómo fue que terminó quedándose e invitándole unos Cheetos Flaming hot y una Coca-Cola a su amigo de la infancia sería curioso de decir.

La conclusión es que, después del primer corte a Bakugo le picó el bicho del antojo gracias a un comercial (de dichas papas mencionadas) y sin pensar dijo "unos Cheetos no estarían nada mal" entonces Izuku como el alma bondadosa que es se ofreció a ir a por ellos y de paso algo para el mismo.

El peliverde supuso que el que haya aceptado sus Cheetos fue un pase para quedarse a ver la novela, pobre de su madre, tendría que mirarla el día de hoy sin el. Lo bueno fue que en el transcurso de ida a la tienda le mandó un mensaje avisándole que miraría la novela con Kacchan después de terminar con su trabajo.

El regreso de corte comercial los distrajo a ambos, que volvieron a centrar su atención en el televisor mientras que a la par abrían sus bolsas de papitas y con una coordinación cuál soldado chino tomaron una papa y la llevaron a su boca.

Una escena en la novela les hizo soltar un jadeo de sorpresa.

—Que perra. —soltó el rubio ante la acción de la roba hombres que aparecía en aquel programa melodramático.

Izuku asintió totalmente de acuerdo.

Los minutos pasaron, Katsuki soltaba comentarios al aire debido a las acciones de los actores y Midoriya se limitaba a asentir, aunque después de un rato empezó a pensar lo escandaloso que era su compañero.

Cadenas |Dekukatsu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora