𝐓𝐡𝐞 𝐫𝐞𝐚𝐥 𝐌𝐢𝐧𝐚𝐭𝐨𝐳𝐚𝐤𝐢 𝐒𝐚𝐧𝐚.

6.8K 331 237
                                    

— ¡Y Momoring me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina! Pero me mintió

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

— ¡Y Momoring me dijo que las hormigas se volverían gigantes si las metíamos en la piscina! Pero me mintió... — Bufó Dahyun, cruzándose de brazos. Sana rió.

Seguro Momo tampoco tenía idea de que las hormigas no iban a crecer si se arrojaban a la piscina. — Articuló la mayor, con la vista fija en la carretera.

Momo siempre me miente... pero la amo... es mi mejor amiga. — Empezó a balbucear la rubia, soltando pequeñas risas. — Pero unnie... no te pongas celosa. Yo también te amo a ti.

Sana no dijo nada, pues su vergüenza no la dejaba.

— Es ahora cuando me dices que tú también me amas, Sana unnie. — Le recordó Dahyun, sonriendo ampliamente, pero sin mostrar sus dientes. Ante aquella mirada de cachorro, Sana simplemente no pudo negarse.

— También te amo, Hyunie — Murmuró, sonriendo, ruborizada.

Dahyun se calló en ese momento y los que siguieron después y Sana lo agradecía, pues no quería tener que morir de la vergüenza por otras cosas que se le pudiesen salir a la menor en ese estado de ebriedad, donde parecía no tener filtro alguno a la hora de hablar.

Un par de minutos después, ambas estaban frente a la casa de Sana, quien hace tan solo un par de meses vivía sola con su hermano mayor, Yuta, quien la había recibido con los brazos abiertos cuando volvió del intercambio estudiantil en Estados Unidos. Sus padres le habían pedido que volviese a Daegu, pero Sana prefirió vivir con su hermano en Seúl y, después de conocer personas tan fantásticas como las que eran sus nuevos amigos, no se arrepentía de su decisión.

Salió del auto, pensando que tendría que abrirle la puerta a Dahyun y llevarla ella misma hasta el interior de la casa, pero se sorprendió en cuanto la menor abrió la puerta y salió por su cuenta, caminando entre tropezones hasta la entrada.

Sana la siguió rápidamente, posicionándose a su lado.

¡Jeongyeon! — Gritó la menor, deteniéndose unos metros antes de llegar a la puerta.

— Dahyun, Jeongyeon no se encuentra aquí, esta es mi casa. — Le hizo saber Sana, parándose frente a la rubia, quien la miró con el ceño fruncido.

¿Por qué me trajiste a tu casa, Sanita? — Preguntó Dahyun, enarcando una ceja.

No tenías dónde dormir. Yo me ofrecí a darte hospitalidad porque sé que mi hermano no pasará aquí la noche, además, a él no le molestará. — Le explicó Sana, esperando que la chica la entendiese. Ésta sonrió.

— Si querías que durmiera contigo no tenías que inventar una excusa... — Dahyun hipó. — Yo hubiese venido si era contigo... sin importar nada...

Sana sintió calientes sus orejas.

— No, Hyun... yo... y-yo...

Dahyun abrazó a Sana, acercando demasiado su rostro al de la mayor.

𝐅𝐚𝐥𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚 ➳ 𝐒𝐚𝐢𝐝𝐚Where stories live. Discover now