𝐅𝐮𝐜𝐤 𝐦𝐞 𝐚𝐠𝐚𝐢𝐧, 𝐩𝐥𝐞𝐚𝐬𝐞.

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Sana reposó su cabeza en el hombro de Dahyun, con los ojos cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por completo

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Sana reposó su cabeza en el hombro de Dahyun, con los ojos cerrados, esperando que el éxtasis del momento se extinguiera por completo.

El problema fue que, cuando logró estabilizar su respiración, fue que entró en razón. ¡Se había follado a su propia dongsaeng, por la mierda! Y no a cualquier dongsaeng, sino la única que tenía, y la que le gustaba.

Yuta estaría muy decepcionado de ella si se enteraba... eso no iba a ser nada bueno, mierda. No se supone que debía dejarse llevar por las provocaciones de Dahyun y desatar su lado salvaje con ellas. Sabía que, en el fondo (y quizá no tan profundo), Dahyun deseaba una cosa como aquella... y quizá, había hecho bien cumpliendo su fantasía (de ambas, de hecho) pero eso no quería decir que el hecho de que haya perdido el control, de modo que ni siquiera la llevó a la cama, le demostraba que no se encontraba del todo "curado".

Mierda.

Parpadeó un par de veces para enfocar su visión, encontrándose con la bellísima imagen de Dahyun medio dormida, mirándola con una lánguida sonrisa de autosuficiencia. Joder, quería hacerlo de nuevo.

Pero no. No estaba bien. Debía convencer a su cuerpo de que estaba satisfecho con una sola vez. Solo una, solo una, solo una...

Sana... — Susurró Dahyun. Sana le miró con la vergüenza a flor de piel. No era su intención dejarse llevar de ese modo, de hecho, lo tenía rotundamente prohibido. — Quiero hacerlo otra vez.

Los ojos de Sana se abrieron tan grandes, que temió dejar de ser japonesa.

No. — Demandó, completamente firme. Dahyun enfureció.

¡¿Por qué?! — Exclamó, moviéndose en protesta, lo que ocasionó que el falo de Sana se deslizase por su interior, haciéndolas gemir a ambas.

— N-no sabes... lo que estás pidiendo... — Balbuceó Sana, con la intención de salir cuanto antes de esa caliente cavidad. Pero Dahyun no quería ceder.

E-estoy c-completamente consciente d-de lo que te pido, Sana... — Susurra Dahyun, meciendo letárgicamente sus caderas. La pelinaranja se retorció, cerrando los ojos y dejándose llevar por un momento. Dahyun amó la forma en la que la polla de la mayor endurecía nuevamente en su interior, haciéndola sentir llena. De repente, se percató de un no tan importante detalle que la dejó inquieta. — ¿Dónde están tus lentes?

Sana abre los ojos de forma dificultosa, intentando procesar la pregunta para así intentar responderla.

— L-los he dejado en el auto. — Responde, tomando en cuenta por primera vez desde que llegó a casa, que los había olvidado allí dentro. Dahyun mueve sus brazos atados y los pone frente al rostro de la mayor, con una súplica silenciosa en la mirada. — No te voy a desatar.

Dahyun hizo un puchero.

¿Por qué no? — Inquiere, a punto de empezar una pataleta. Sana frunce el ceño.

𝐅𝐚𝐥𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚 ➳ 𝐒𝐚𝐢𝐝𝐚Where stories live. Discover now