Day #2

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[Halloween Day #2]

Destrozado.

Así se encontraba física y mentalmente, su cuerpo había sido cortado en pedacitos por un hacha, el responsable de aquel acto macabro fue aquel ser que alguna vez llego a amar con todo su ser. No le importo lo más minino sus gritos de sufrimiento o ver como sus ojos perdían el brillo.

Tirado como si fuera en una basura allí en el bosque se encontraba los restos de aquella víctima de aquel psicópata que en este momento paseaba por las calles como si nada. Sin remordimiento de haber arrebatado un víctima.

Los levemente rayos de luz de aquella luna carmesí que era cubierta por las nubes se filtraban por las hojas de los árboles, el bosque se encontraba en total silencio y un ambiento pesado se sentía en sus alrededores, perfecto para una película de terror en donde el protagonista tiene que correr de su atacante por el bosque, la situación era que nuestro protagonista ya se hallaba muerto en estos momentos, ya no había paso al seguir, el guion de su vida había acabado hace una cuantas horas... O ¿Talvez no?

El cuerpo había sido dividido en partes, lo único "intacto" era el torso que afortunadamente estaba con la cabeza. la última lamentablemente no tuvo el mismo destino que el torso, esta había sido apuñalada varias veces dejándola irreconocible para cualquiera, su boca había sido cocida con hilo, los brazos había cortado limpiamente, el codo había sido cortado y los dedos sufrieron el mismo destino.

Mientras tanto de los glúteos a los pies se podía decir que había tenido el segundo peor destino, los glúteos tenía corte demasiado profundos y tenía manchas de semen combinado con sangre por todas partes, al parecer al bastardo no le había bastado con darle una muerte horrorosa a la víctima sino que también se había masturbado alrededor, seguramente "deleitándose" de su obra de arte, el agujero del culo estaba cosido con hilo negro y igualmente tenía manchas del semen alrededor, algunos huesos de la pierna estaba rotos y sobresalían de la carne.

Una silueta alta se acercaba al cuerpo mutilado del castaño, cuando termino de acercarse miro el torso con desaprobación, chasqueo la lengua varias veces mientras negaba con la cabeza, supervisor alrededor encontrando los demás pedazos del cuerpo del castaño, se podía decir que esto era muy horrible incluso para él, pero blah había visto cosas peores.

Miro su reloj con aburrimiento, solo faltaba un minuto pero siempre cuando uno está emocionado o impaciente llega a pasar el tiempo demasiado lento para la persona en cuestión, incluso para él.

5...

4...

3...

2...

1...

¡Guala! Era las 3:33 a. m del 31 de octubre, su día favorito de todo el año.

Con un chasquido de dedos de parte del misterioso hombre miles de manos putrefactas salieron del suelo, agarraron todas las partes del cuerpo del venezolano y la unieron y volvieron a poner los huesos en su lugar, con un hilo y una aguja empezaron a coser y cerrar todas las heridas del castaño, uniendo por fin todas las partes de su cuerpo.

Cuando terminaron su labor simplemente se volvieron a hundir en el suelo, el hombre miro satisfecho el trabajo hecho por sus queridos amigos del inframundo, aunque sentía que le faltaba algo... ¡Ahhhh siii! La cara.

Volvió a chasquear los dedos y poco a poco la cara volvió a su estado de antes, lo único que no desaparecía era el hilo que tapaba su boca, pero nada que unas tijeras no pudieran solucionar.

Y por fin después de tanto trabajo su obra maestra estaba terminada.

Saco de su bolsillo de su pantalón- de marca por cierto- una botellita, lentamente quito el tapón y rápidamente una esencia azul se dirigió rápidamente al cuerpo del venezolano.

Este convulsiono violentamente varias veces hasta quedarse quieto, lentamente el venezolano abrió sus ojos viendo al mundo desde una nueva perspectiva, pero de igual manera se sentía un tanto...

Vacío.

—Sembra che qualcuno si sia risvegliato dai morti— el venezolano se levantó para ver de quien era esa voz.

(Al parecer alguien ha despertado de entre los muertos)

Al levantarse por completo el venezolano vio al dueño de esa voz, un hombre de cabello azabache, ojos marrón oscuro y una barba que le quedaba bastante bien. Era alto y de complexión un poco —solo un poco— robusta, vestía sumamente elegante, con un traje negro y una camisa blanca que se ajustaba a su cuerpo.

Por todas partes aquel hombre gritaba ¡Peligro! Pero igualmente gritaba "elegancia" "clase" "coqueto" hasta un poco de "divinidad"

Justo como el diablo debe ser.

—Quello che è successo? Ti hanno cucito la lingua cara?— dijo divertido el diablo, el venezolano solo señalo a su boca, sin expresión.

(¿Qué pasó? ¿Te cosieron la lengua querido?)

El diablo sacó una daga de su bolsillo y en un rápido movimiento corto el hilo de la boca del castaño, este se tocó la boca ya no sintiendo la presión que el hilo le generaba. Miro su brazo viendo fijamente el hilo que fue ha cosido su carne.

—Que quieres de mí— pregunto mirándolo fijamente.

—Vengo per offrirti un accordo— expreso con aparente alegría

(Vengo a ofrecerte un trato)

Venezuela alardeo la cabeza a un lado, curioso de tal propuesta por el azabache.

De un momento a otro el azabache estaba al lado castaño —Non vuoi vendicarti del bastardo che ti ha fatto questo?— lo miro sonriente.

(¿No quieres vengarte del bastardo que te hizo esto?)

El desgraciado ese.

De un momento a otro sintió el ardor de esas heridas, sintió como cortaba con morbosidad la carne de su piel, el espeso semen que aquel desgraciado derramaba en sus heridas, el dolor del hilo que fue cosido en su boca y en su parte trasera.

Una llama del odio se encendió.

—Posso aiutarti a versare ogni ultima goccia di sangue— la agarro de sus hombros— puedo ayudarte a matarlo— le susurro en el oído.

(Puedo ayudarte a derramar hasta la última gota de sangre)

El castaño miró al suelo ya teniendo una respuesta, después de todo su moral había sido acabada y ya no diferenciaba de lo bueno o lo malo.

—¿Qué tengo que hacer?— el azabache sonrió.

Se arrodilló y besos los nudillos del venezolano, una sonrisa coqueta apareció entre sus labios.

—Un gusto cariño, me llamo Italia— lo miro a sus ojos, relamió sus labios.

—Venezuela.

¿Qué tan malo sería hacer un trato con el diablo?

Headcannons y One-Shot de un VenezolanoWhere stories live. Discover now