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A la mañana siguiente Jimin se despertó emocionado por la tarde que tendría com Namjoon, hacía mucho que no tenía a alguien cercano y se sentía muy bien.

Por otro lado, Namjoon estaba recogiendo su casa para cuando Jimin estuviera allí.

[...]

Al llegar la tarde Jimin se vistió y puso una sombra lila con algo de brillo en sus ojos, miró el resultado sonriendo contento por el resultado y esperó a Namjoon quien llamó a su timbre a los pocos minutos.

Se apresuró a abrirle y le recibió con una amplia sonrisa.

- Hola Jiminie - el mayor revolvió suavemente su pelo de forma cariñosa y el rubio le abrazo durante unos segundos.

- Vamos~ - canturreó entrelazando su brazo con el del mayor, algo que sorprendió a este último, pero no dijo nada porque le gustó la sensación.

Al rato llegaron y Jimin observó el pequeño y acogedor apartamento del mayor.

- Es muy lindo - sonrió mirando los muebles, la mayoría eran de un color crema o madera clara, iban a juego con las paredes también de tonos suaves, eran bonitos y hogareños, como Namjoon, pensó el rubio.

- Tú también lo eres - habló Namjoon y le guiñó el ojo a lo que el menor respondió con un pequeño sonrojo - El morado te sienta muy bien - halagó de nuevo y Jimin sentía que iba a explotar de lo roja que estaría su cara en ese momento.

Namjoon le miraba con ternura y fueron al sofá.

- He hecho unas magdalenas, están en el horno, cuando estén podemos comerlas - habló el castaño y Jimin asintió.

- ¿Te gusta cocinar? - preguntó con curiosidad el rubio tratando de sacar tema de conversación.

- Me gusta hacer dulces - respondió con una sonrisa y Jimin asintió sonriéndole también.

Ambos se acomodaron en el sofá con una manta y pasaron la tarde acurrucados mientras veían películas y comían lo que Namjoon había preparado.

Moonchild ➵ NamminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora