19

34 2 0
                                    

Alessio

No me mira, eso me mata.

Con el único que habla que no es de su familia es Erick. Por otro lado, Ashley no me deja de joder y está que habla y habla.

Cuando dice que se va yo mismo la llevo a la puerta. Estoy por regresar al comedor cuando Maritza me intercepta.

—Quiere hablar contigo

—¿Dónde está?

—Su oficina

Camino a su lado sin decir nada. En tres años que lleva aquí como asistente de la abuela de Rouses. Maritza ha cambiado sus ropas a elementos más formales, sus peinados extravagantes por coletas bien hechas, aunque aún conserva un mechón de cabello rosa.

Cuando entro al despacho de la reina, ella está ahí parada mirando al jardín, no dice nada.

—¿Sucede algo?

—Suceden muchas cosas Alessio, pero por ahora todo está bien. —Se da la vuelta

Me regresa a ver, pero sé que algo va mal.

—¿Qué pasa?

—El regreso de mi nieta se verá empañada por la muerte de un miembro de exconsejo. —La miro —Una muerte inexplicable y quieren culparnos

—Supongo que sabrá controlarlo

—Por el momento no. Rouses regresa, pero no recuerda nada —Dice con amargura —La has visto tú mismo, no es ella misma, es solo... Lo que nunca debió ser

—Luce feliz —Digo lo inevitable

—Viviendo una mentira —No digo nada, ella se sienta. —Creí que entrarías en cólera cuando mencione el matrimonio. Esperaba provocar una emoción en ti.

—Si lo note

Estuve a punto de ponerme colérico, pero sabía que al hacerlo solo asustaría a Rouses. Si ya me miraba con recelo no quería imaginar como se comportaría si me viera actuar como antes.

—¿Cuándo le dirás la verdad?

—Nunca

—¿Seguirás con la farsa del compromiso? —No respondo —¿Por qué?

—Porque tengo que probarme a mí mismo —Indico —Porque debo probarle a ella que...

—Déjame ayudarte Alessio

—No —Indico —Debo hacerlo solo —Me mira y parece entenderlo

—No te quejes después cuando ella se entere y te odie. Los Alessandretti no odian Alessio, olvidan y eso es peor que ser odiado.

—Supongo que podre con eso

No dice nada y hace que Maritza saque unos vasos de un anaquel acercarnos el whisky.

—Supongo que lo necesitaremos.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seducción [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora