Estoy lista para divórciame !!!!!!!!

Capitulo 8

Caville trató de contener las lágrimas y lentamente soltó el brazo que rodeaba la cintura de Elody.

No puedo molestar más a mi esposa. Si sigo molestándola, me tirarán.

Caville pensó que podría haberse sentido demasiado cómodo con Elody. Todos los días, todo lo que hacía era llorar y pedir ayuda. Se sintió como si se hubiera convertido ... en una carga.

Se sentía indigno de ser amado pero todavía se aferraba a él. Se aferró a su amabilidad, a sus abrazos e incluso a los más pequeños susurros de su amor. Sabía que esta felicidad no era eterna, pero no quería que ella lo dejara. Preferiría que lo maltrataran de nuevo que lo abandonaran porque comprendía completamente el dolor que eso causaría.

"Puedes golpearme y acosarme...".

"Esposa...."

"¿Eh?"

"Te escucharé ..."

"..."

"No te molestaré más".

'Así que no me tires'.

Caville lloró lágrimas amargas. El miedo se apoderó de él como una bestia hambrienta, manteniéndolo cautivo. Temía ser abandonado, temía el rechazo, pero sobre todo, temía perder a la persona que más lo amaba.

"¿Qué pasa, Caville?"

Elody miró a Caville con expresión preocupada y le acarició la cabeza.

"¿Por qué es tan retrospectivo de repente?"

"Debe haber sido muy aterrador ..."

Brien los miró con lástima y dijo: "Supongo que sí ...:"

Elody volvió a sujetar a Caville en sus brazos y le acarició la espalda. El cansancio que se originó en su rostro se pudo ver claramente durante este tiempo. Hizo que el estómago de Elody se congelara de tristeza cuando apareció la pesada carga.

"Hablando de eso, ¿hay muchos niños así aquí? Parece que robaban para sobrevivir ", dijo Brien, curioso por saber cuántos niños vivían en la pobreza.

"Bueno, he visto a muchos niños sin hogar. Pero las cifras han aumentado últimamente. No creo que haya suficiente comida para que coman... "dijo Elody con un suspiro.

Tan pronto como termine la construcción del invernadero, Elody pensó que tendría que echar un vistazo al territorio. Tenía que hacer algo para reducir la pobreza y ayudar a los pobres a recuperarse.

De repente, se escucharon pasos que se acercaban haciendo eco en las paredes de concreto. A la vuelta de la esquina llegó un hombre vestido con ropa elegante. Tenía la piel bronceada y una complexión alta, pero su expresión mostraba desesperación y ansiedad.

El sudor le resbalaba la piel en gruesas gotas saladas, y su respiración se convertía en jadeos cortos. Mientras trataba de recuperar el aliento, preguntó con ojos ansiosos.

"Disculpe, ¿ha visto a estos dos niños pequeños?"

Brien y Elody intercambiaron miradas ante las palabras del hombre.

"¿Quizás fue usted un carterista?" Brien preguntó.

—¿Esos niños también le robaron?

Al escuchar las palabras de Brien, las cejas del hombre se elevaron con sorpresa y gritó: "¡Eso es! ¿También te robaron? Esos sinvergüenzas ladrones... ", dijo," ¡Maldita sea! ¿Qué le pasa a este lugar?

"..."

Entonces, Elody le preguntó al hombre con una cara irónica.

"¿Qué perdiste?"