Tierra Media: One Shots

Morir

Su reacción al verte o al descubrir que has muerto:

*Bilbo.

Bilbo vio tu trágica muerte, sus ojos llenos de lágrimas fue lo último que viste antes de que el brillo de la vida se esfumara para siempre. Todo ocurrió en la batalla de los 5 ejércitos, le habías salvado la vida momentos antes, evitando que tu hermano Thorin lo tirase tratándolo de ladrón. Y ahora lo habías vuelto a hacer. Corriste hasta llegar al lado del hobbit, luchabas y demostrabas tu astucia y valor para el combate, pero eso no fue suficiente. Una enorme criatura te agarró del cuello ferozmente. Intentaste soltarte pero era demasiado difícil. Bilbo gritó tu nombre captando la atención de aquel horrible ser. Te soltó dirigiéndose al hobbit. Con dificultad te levantaste tosiendo y agarraste con fuerza tu espada, corriste hacia el enemigo gritando. Éste se giró clavando su lanza en tu abdomen. Sin saber cómo, giraste rápidamente haciendo que la lanza que sobresalía se introdujera en el vientre del repugnante ser. Bilbo corrió hacia ti una vez que caíste al suelo, te separó de la criatura y dejó caer tu cabeza sobre su regazo. Vio cómo la luz en tus ojos se desvanecía para siempre, dejando a tu amado solo y con el corazón partido.

*Thorin.

Habías seguido a Thorin desde que tenías memoria, lo admirabas y deseabas ser tan fuerte y valiente como él, por eso aquel día, sin pensarlo dos veces salvaste a su abuelo de las garras de Azog. El pálido orco había derribado al rey Thrór, tirándolo al suelo debilitándolo. Thorin estaba cansado pero a la vez luchaba para evitar morir ante su pueblo y para evitar separarse de ti. Con el tiempo, vuestra amistad se había ido convirtiendo en algo más pasional, una relación, hasta llegar a comprometeros. Ibas a ser su futura esposa, pero el destino no lo quiso así. Justo cuando Azog levantó su espada para matar al abuelo de Thorin, te separaste de tu amado ignorando sus llamadas pidiéndote detener el paso, pero no lo hiciste. Corriste hasta el pálido orco y cortaste su brazo, gritó mientras soltaba al rey y agarraba su brazo sangrante. Te envió una mirada llena de odio, te helaste pero aún así luchaste contra el miedo. Con un solo brazo y herido, el pálido orco te tumbó y atravesó tu pecho con su espada, una sonrisa macabra asomó entre sus labios. El grito de Thorin retumbó en la batalla, lo miraste una última vez antes de que Azog se fuera de allí para evitar terminar de desangrarse. Cuando la batalla acabó, Thorin buscó tu cuerpo inerte, al encontrarte lloró mientras te abrazaba con fuerza. Prometió recuperar su hogar por ti y mantener siempre al pueblo unido.

*Fili

Tu historia con Fili era complicada, no le caías bien, o al menos eso quería demostrar a los demás, ni a ti te caía bien, o eso querías aparentar. Fili y tú os llevabais como el perro y el gato en ocasiones, mientras que en otras podías llegar aparentar ser una pareja pues juntos dabais una hermosa imagen. La compañía corría evitando a los huargos y tú cada vez, al igual que todos te sentías más y más cansada, más débil, pero había algo que el resto no sabía, estabas herida, una profunda raja provocaba que te fueras desangrando poco a poco por el costado. En el fondo sabías que no ibas a sobrevivir, que no ibas a llegar muy lejos y menos con la manada de orcos y huargos detrás, por eso, se te ocurrió una idea suicida. Los ibas a distraer para que ellos pudieran cumplir con su misión: acabar con Smaug y recuperar Erebor. Tú no pintabas nada, no eras una hija de Durin, no eras una enana, ni si quiera maga o hobbit, no eras más que una simple humana que había estado viviendo durante toda su vida con un mago, llevabas toda tu vida sin saber cual sería tu destino, y ahí lo supiste. Te apoyaste en la roca respirando con dificultad mientras tu palidez era aún más notoria. Fili se percató y se acercó a ti, tú solo lo miraste y le asentiste, él te miró confuso. Saliste corriendo del escondite llamando la atención de la manada, la cual estaba muy cerca la compañía. Los enanos te miraron alarmados, pidiendo que volvieras con ellos, pero ya era tarde. Te habían visto y tú ya estabas corriendo hacia el lado contrario para así darles tiempo a los enanos para correr. Corrieron hasta que escucharon un grito desgarrador, en ese momento se detuvieron sabiendo lo que acababa de pasar. Habías gritado mientras sentías como los huargos te iban devorando viva, habías gritado de dolor. Fili notó como de sus ojos caían lágrimas, acababa de perderte, te habías sacrificado para que ellos pudieran escapar y eso jamás lo iban a olvidar, en especial Fili, quien en aquel momento se arrepintió de no decirte sobre sus sentimientos.

*Kili

Kili llevaba todo el día llorando, tras la batalla por Erebor, Thorin le contó a Kili cómo habías muerto. Habías muerto siendo una heroína, defendiendo a tu rey y a sus príncipes hasta el final. Viste como Bolgo había lanzado a Kili contra un enorme muro de manera violenta, haciendo que el enano quedase inconsciente debido al golpe en la cabeza. Lanzaste una flecha al hijo de Azog incrustándola en su espalda, Bolgo se giró hacia ti con una tenebrosa mirada, te congelaste y tragaste con dificultad, pero aún así lucharías. Acababas de evitar la muerte de Fili, ahora ibas a evitar la de tu esposo Kili. Os casasteis en Rivendel, habíais pasado tanto tiempo juntos que decidisteis no alargarlo más. Os amabais con todo vuestro ser y os protegeríais hasta el final. Y eso harías, proteger a tu esposo hasta el final. Bolgo comenzó a lanzarte golpes violentos mientras tú los esquivabas con fluidez, pero algo ocurrió. Te escurriste gracias al hielo y Bolgo te golpeó en la cabeza haciéndote caer. Te levantaste mientras sentías como algo salía de tu frente, viste la sangre gotear sobre el hielo. Por un momento Thorin llegó distrayéndolo mientras tenía la cabeza de Azog entre sus manos. Bolgo se dispuso a atacar al rey pero entonces tú, te levantaste y agarraste tu hacha. Bolgo levantó su espada con furia en lo que aprovechaste de clavar tu hacha en su costado profundamente. El hijo de Azog gritó y gimió de dolor. Sacó el hacha tirándola al suelo mientras de un movimiento rápido te había atravesado la caja torácica con su espada, la giró varias veces haciendo que gritaras de dolor. Thorin al ver la escena, atacó a tu asesino mientras Dwalin le asestaba el golpe mortal en la cabeza. Corrieron hacia ti mientras la sangre salía por tu boca y respirabas con dificultad. Thorin lloró al ver que tu vida dejó tu cuerpo, besó tu frente, pues eras una más de la familia desde hacía mucho tiempo. Miró a Dwalin, sabiendo que alguien tendría que decírselo a Kili, y nadie estaba preparado para aquello.